Un golpe de Pop-Art en la Casa Blanca

Nota que me han enviado desde: www.artelista.com

La reciente elección de Barack Obama como nuevo presidente de los Estados Unidos ha roto muchos tabúes. Y no sólo políticos. Su imagen abierta al cambio ha tenido una réplica en el mundo del arte, que se enfrenta a la influencia de un nuevo icono de masas. Así, junto con las múltiples versiones que se han hecho de su imagen, es posible encontrar por primera vez un retrato surgido de forma espontánea de la mano de un artista, Shepard Fairey, engrosando el tradicional elenco de presidentes de la National Portrait Gallery (Washington). A medio camino entre el cartel de propaganda política y los retratos de Warhol, esta obra ejemplifica en clave pop algo que ya es indiscutible: el nacimiento de un mito.

Desde Jefferson hasta George Bush el repertorio de imágenes que conforman la galería de retratos de Washington es terrorífico, por lo adusto y aburrido. Algo normal, por una parte, si se tiene en cuenta que la intención del retrato de corte institucional, en todas las épocas y países hacia los que se mire, ha sido siempre la de inspirar respeto y distancia en el espectador/votante/súbdito. Pero Obama ha roto moldes, de nuevo: el retrato realizado por Shepard Fairey muestra a un presidente de colorista inspiración; el Pop Art ha hecho su aparición en la National Portrait Gallery, marcando un nuevo hito en los anales de la Historia del Arte.
No todo son diferencias sin embargo: a pesar de que Fairey ha confesado su escasa inclinación hacia la denuncia política, y en menor medida social (algo extraño en un graffitero), las reminiscencias del arte propagandístico de corte militar son claras en esta obra. El antecedente más directo lo encontramos en los carteles empleados como medios para avivar las conciencias dormidas durante la Revolución Rusa (véase Guerra civil en España, o I Guerra Mundial en Alemania). Una influencia a la que le han sido añadidos los tonos poppies de una bandera americana que vincula directamente el retrato en la mente del espectador con la idea del patriotismo americano, junto con la modernidad y el optimismo de rompedores de normas del calibre de Warhol o Linchestein.
Lo urbano, la cultura de masas, los iconos populares; cada uno de estos elementos, que podemos encontrar en la gestación del "Obama" de Fairey, entroncan además con la idea buscada por la campaña del recién electo presidente, algo que supieron aprovechar en su momento constituyendo este cartel, surgido de forma independiente, en imagen electoral. Y, en un paso más en el camino "de lo popular a la fama", el artista que lo ideó ha podido ver como su obra ha pasado a formar parte de un patrimonio formado por un género tan tradicional como es el de los retratos de líderes políticos. Shepard Fairey concluye así una trayectoria en continua inestabilidad entre la responsabilidad y la comercialización, el arte revulsivo y el mercado, y la imagen de Obama se suma a la lista de grandes iconos americanos, en una réplica irónica del muy del muy conocido y nacional Tío Sam de J. M. Flagg.

Comentarios

hola ruben bueno primero q nada te agradezco el mail q me has enviado la verdad no entiendo facebook pero voy a ver q onda
despues bueno mañana leere mejor esta publicacion ya q ahora me ire a dormir porq si me quedo vicio con la compu no duermo y mañana estoy peor q sapo.
besitos
...yesy...
Anónimo ha dicho que…
Hola Rubén!!

Buen enfoque el de tu post al darnos a conocer al autor de esta imágen. Enriqueces la blogosfera.

Volviendo al nuevo Presidente Obama, lo fundamental es que inaugura una nueva era para Estados Unidos, por lo menos de esperanza (aunque los inversionistas aún no le creen y por eso Wall Street el día de su posesión bajó 4%, es decir las acciones que se cotizan en bolsa bajaron en ese porcentaje, lo que indica la inseguridad reinante). Al parecer quiere dialogar con todos, amigos y enemigos, lo que inaugura una era de multilateralismo (relación con muchos) a diferencia de Bush que aisló a Estados Unidos. Respecto a lo económico, no es mucho lo que va a realizar: elevar el gasto público y con ello crear mayor número de empleos y dinamizar la economía, así como favorecer con rebaja de impuestos a la clase media para incitarla a consumir más. Esto se intentó en el pasado y no dio mucho resultado. También anunció la suspensión de los juicios en la prisión de Guantánamo (ya aceptó el pedido un juez estadounidense) con el fin de propiciar su cierre e, igualmente, salir de Irak en el plazo de 16 meses. No la tiene fácil y desea recuperar la imagen y el liderazgo maltrecho de Estados Unidos. En cuanto a Latinoamérica, tampoco es mucho lo que promete (y puede hacer por la crisis económica) pero es posible que alivie las tensiones con Cuba y Venezuela. De la primera ya dijo que aliviaría el embargo y conversaría con Raúl Castro. Con Venezuela ya hubo una primera fricción al señalar a Hugo Chávez como cómplice de las Farc. Lo mejor es la congelación de los sueldos más altos del estado. Lo que prometió Uribe el presidente de Colombia, en su primera elección y no cumplió. Pienso que Obama es un referente para los demás mandatarios del mundo. Un ejemplo a seguir. Dios lo ilumine y lo colme de sabiduría. Bueno, ya me estaba explayando, creo que más bien haré un escrito sobre el tema en la revista digital equinoXiio o, porqué no, un post sobre Obama al desnudo u Obama desnudo, ya veré qué hago.
Un abrazo armonioso y sincero desde mi alma y con buena vibra para este 2009!

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