Desmontando los tópicos sobre Gaza (II). Hamas tomó el poder por la fuerza en 2007
En realidad, el Movimiento de Resistencia Islámica accedió al poder en enero de 2006 tras obtener el respaldo del 65% de los palestinos en las elecciones celebradas entonces, en una victoria masiva que sorprendió dentro y fuera de los territorios ocupados.
La supervisión internacional reveló que no se habían producido irregularidades, pero el Cuarteto (EEUU, la UE, Rusia y la ONU) congeló sus ayudas para los palestinos con el pretendido objetivo de obligar a Hamas a renunciar a la violencia y debilitar al grupo.
Por su parte, Israel comenzó una dura estrategia de aislamiento que comenzó con la retención de los fondos que cobra en nombre de las autoridades palestinas en concepto de aduanas, unos 40 millones de euros vitales para la supervivencia de los territorios.
Además, soldados israelíes arrestaron a la mayor parte de los diputados islamistas en Cisjordania y Jerusalén Este inhabilitando el Parlamento palestino, que quedó sin 'quórum' para trabajar.
La histórica confrontación entre la facción Al Fatah, derrotada en las urnas, y Hamas se agravó más que nunca, pero una sutil intervención internacional logró que pasara de las palabras a las armas.
Según una investigación de la revista 'Vanity Fair' apoyada en documentos confidenciales autentificados por fuentes norteamericanas, "hubo una iniciativa encubierta aprobada por Bush e implantada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el viceconsejero de Seguridad Nacional, Elliott Abrams, para provocar una guerra civil palestina.
El plan fue apoyar las fuerzas dirigidas por [Mohamed] Dahlan [líder de Al Fatah] y dotarlas con nuevo armamento suministrado a petición norteamericana para dar a Fatah la fuerza necesaria para eliminar del poder al Gobierno democráticamente electo de Hamas. Es decir, Washington promovió un conflicto civil interpalestino para acabar con los islamistas.
Así, el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Mazen, (Mahmud Abbas) se negó a entregar el control de las fuerzas de Seguridad a Hamas, que organizó sus propias fuerzas. Los choques aislados entre ambas facciones se sucedieron durante casi un año y medio, hasta que en junio de 2007 derivaron en una corta guerra intestina.
A los islamistas les bastaron pocos días para expulsar a Al Fatah. Abu Mazen disolvió el Gobierno electo de Hamas para nombrar otro Ejecutivo, tachado de ilegal por algunos expertos palestinos que también criticaron duramente la actuación de Hamas, y dividiendo 'de facto' los dos territorios palestinos.
La supervisión internacional reveló que no se habían producido irregularidades, pero el Cuarteto (EEUU, la UE, Rusia y la ONU) congeló sus ayudas para los palestinos con el pretendido objetivo de obligar a Hamas a renunciar a la violencia y debilitar al grupo.
Por su parte, Israel comenzó una dura estrategia de aislamiento que comenzó con la retención de los fondos que cobra en nombre de las autoridades palestinas en concepto de aduanas, unos 40 millones de euros vitales para la supervivencia de los territorios.
Además, soldados israelíes arrestaron a la mayor parte de los diputados islamistas en Cisjordania y Jerusalén Este inhabilitando el Parlamento palestino, que quedó sin 'quórum' para trabajar.
La histórica confrontación entre la facción Al Fatah, derrotada en las urnas, y Hamas se agravó más que nunca, pero una sutil intervención internacional logró que pasara de las palabras a las armas.
Según una investigación de la revista 'Vanity Fair' apoyada en documentos confidenciales autentificados por fuentes norteamericanas, "hubo una iniciativa encubierta aprobada por Bush e implantada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el viceconsejero de Seguridad Nacional, Elliott Abrams, para provocar una guerra civil palestina.
El plan fue apoyar las fuerzas dirigidas por [Mohamed] Dahlan [líder de Al Fatah] y dotarlas con nuevo armamento suministrado a petición norteamericana para dar a Fatah la fuerza necesaria para eliminar del poder al Gobierno democráticamente electo de Hamas. Es decir, Washington promovió un conflicto civil interpalestino para acabar con los islamistas.
Así, el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Mazen, (Mahmud Abbas) se negó a entregar el control de las fuerzas de Seguridad a Hamas, que organizó sus propias fuerzas. Los choques aislados entre ambas facciones se sucedieron durante casi un año y medio, hasta que en junio de 2007 derivaron en una corta guerra intestina.
A los islamistas les bastaron pocos días para expulsar a Al Fatah. Abu Mazen disolvió el Gobierno electo de Hamas para nombrar otro Ejecutivo, tachado de ilegal por algunos expertos palestinos que también criticaron duramente la actuación de Hamas, y dividiendo 'de facto' los dos territorios palestinos.
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