El rincón de Raquel; La vie en rose (VI). ¿Las dos Españas?
En España conviven y confrontan ambas posiciones en el día a día de la vida política, incluso en el propio interior de los partidos, como se pudo observar cuando el Alcalde de Madrid dejó escapar unas lágrimas al evocar a su padre político y algunos sectores vigilantes de la pureza del macho ibérico, decretaron que llorar en público incapacitaba para gobernar. Son de compadecer esos hombres obligados a vivir sin sentimientos en aras de sus expectativas de liderazgo político, soportando cada día la carga de la armadura que les defienda de actitudes poco honrosas como llorar en público.
Afortunadamente hoy, una mayoría apuesta por un estilo de sociedad de creación y construcción, características ancestralmente femeninas, conducida por el poder natural que da el respeto por los otros y sus creencias, cuyo gran referente ha sido un Jefe del Estado, que también es Rey, simpático y relajado, no por ello menos inteligente y hábil para transitar los procelosos caminos de la negociación política, que con su estilo tolerante y optimista ha contribuido determinantemente a sentar las bases de una sociedad avanzada y próspera.
Complemento a la impronta marcada por el Rey serán Presidentes/as de Gobierno de talantes tranquilos y optimistas, capaces de liderar equipos de hombres y mujeres confiados en consolidar un estado de derecho y bienestar avanzado, y de afrontar con una sonrisa las críticas a gabinetes “rosas” del rancio machismo cabreado.
Afortunadamente hoy, una mayoría apuesta por un estilo de sociedad de creación y construcción, características ancestralmente femeninas, conducida por el poder natural que da el respeto por los otros y sus creencias, cuyo gran referente ha sido un Jefe del Estado, que también es Rey, simpático y relajado, no por ello menos inteligente y hábil para transitar los procelosos caminos de la negociación política, que con su estilo tolerante y optimista ha contribuido determinantemente a sentar las bases de una sociedad avanzada y próspera.
Complemento a la impronta marcada por el Rey serán Presidentes/as de Gobierno de talantes tranquilos y optimistas, capaces de liderar equipos de hombres y mujeres confiados en consolidar un estado de derecho y bienestar avanzado, y de afrontar con una sonrisa las críticas a gabinetes “rosas” del rancio machismo cabreado.
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