César Pagano y la Salomé Pagana


En el reciente viaje a Bogotá conocimos a muchos profesionales de la música; artistas, programadores, productores, gestores culturales, periodistas… Uno de ellos es César Pagano con el que tuvimos ocasión de conversar sobre música y otros muchos temas.

A César se le rindió homenaje, junto a Joe Arroyo, en la última edición del Festival Salsa al Parque y se ha prestado a colaborar en este blog.

Sirva para conocerle mejor el artículo de Felipe Lozano en "Especial El Tiempo Rosa" que se puede leer en la página del Salomé Pagana, el local que regenta Cesar.
www.salomepaganaclubsocial.com/articulos/e1a1.php

Pagano es el dueño de Salomé Pagana Club Social. Desde hace 20 años ha difundido allí los ritmos latinos como la Salsa, el Son Cubano y el Bolero.

En este sector de rumba del norte de Bogotá, característico de música 'crossover', este personaje lleva 20 años difundiendo los ritmos latinos como la Salsa y el Son Cubano desde su Salomé Pagana.

En la Zona Rosa se encuentra uno de los pocos bohemios que tiene nuestra ciudad; un personaje que, como dice la canción 'Bongó' de David Álvarez Garrido, "llega rompiendo el silencio" con el pasar de una figura de, alrededor, 1.70 metros de altura, contextura gruesa y cuerpo moldeado por historias artísticas, propias y ajenas: César Pagano un hombre medellinense que tiene cuartel, llamado Salomé Pagana Club Social.

Este hombre, latino de corazón, de barba canosa y mirada más profunda que el mar (que él mismo contempló cuando vivía en Cartagena) y al cual lo rodean centenares de acetatos, discos compactos y casetes de música Cubana, Colombiana, Boleros y Salsa, entre otros géneros, lleva 20 años con su Salomé, en la carrera 14A con calle 82, e imprime algo de diferencia con respecto a otros sitios de rumba en la Zona Rosa. "Acá predomina el crossover, la música Electrónica y de línea anglosajona o de Rock... la música latina es una ínfima minoría", afirma César, una persona que critica que los bares de la zona no difundan los sonidos latinos como debe ser y vayan acorde a la programación de la radio y la televisión.

Vive alrededor de la cultura desde que era un adolescente gracias al ambiente musical y literario de su casa y de su entorno. Aunque antes el campo de la política le llamaba poderosamente la atención, por falta de resultados de cambio de parte de los grupos políticos, le dió un giro a su gusto. "Encontré lo de la cultura más amplio, más profundo, que contribuye a la conciencia y a la organización de mucha gente, además es más agradable", dice mientras esa pagana mirada se pierde en algún rincón.

Sin embargo, continúa ejerciendo política en contra de las discotecas del sector que no hacen más sino programar el "reggaeton idiotón" y no ayudan a rescatar la vida nocturna artística del sector y la ciudad. "La noche en Bogotá ha perdido mucho encanto: antes se vivía la bohemia tranquila, creativa e inclinada a lo artístico... aquí se sabía que teníamos fama en Latinoamérica por nuestros músicos y poetas, quienes se formaron en esa vida nocturna", opina.

Este investigador musical, melómano, periodista y presentador de radio no duda en exaltar la importancia de la Zona Rosa: "Es un núcleo no sólo para la ciudad, sino un polo de atracción para la gente que viene de provincia y el exterior" y resalta que es un punto muy alegre, en donde se encuentran profesionales, jóvenes y artistas, aunque detesta el ruido constante que hay en el sector, la inseguridad, la alta posesión material, los lujos de la Zona Rosa y la abundancia de drogas variadas, además de la gran cantidad de plagas musicales de moda en el sector.

Pero para eso está él con su Salomé, para reunir a la gente que añora recuperar el alma latina, a través de su música, que quiere huir de la moda, vivir del paganismo, del 'chácata y prácata' y de inolvidables encuentros con este gordito de barba canosa y mirada más profunda que el mar: César Pagano.

Felipe Lozano
Especial EL TIEMPO ZONA

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