Última velada en Pirineos Sur

La Plaza de Lizana en Huesca es un punto de encuentro situado muy próximo a la Catedral y al Ayuntamiento en el caso antiguo. Un lugar de aproximación habitual para foráneos y propios. La ciudad ha gozado siempre de una gran tradición flamenca. Familias al completo que generación tras generación han dado identidad a la expresión flamenca oscense que se citan, y habitan, en torno a la plaza para conversar, pero sobre todo para cantar y bailar.

PIRINEOS SUR escogió para su última gran velada musical una selección que incluye a algunos de los continuadores de dinastías flamencas como las de Timbales, Molotes, Tarantos o De Jiménez; Raúl Jiménez (Raúl de Molotes), Raúl Jiménez (Gamba), Jesús Jiménez (Tutero) y Belén Fernández (La Tais) al cante. “Marquitos” y “El Bamba” a las percusiones. “Champú” coros, palmas y jaleos, acompañados por “Teto” a la guitarra e Iván Jiménez “Nano” al piano, todos ellos agrupados bajo la denominación de “Pirineos Flamenco: Lizana” que alguno bautizó hace meses como el Buenavista Social Club oscense.

Martinetes, alegrías, tangos, tanguillos, fandangos… incluso alguna nana para concluir con una fiesta por bulerías que llegó plenamente al numerosísimo público que poco a poco iba cubriendo el Auditorio Natural de Lanuza, que supo reconocer la calidad y frescura de un colectivo de artistas nada habitual en los grandes espacios escénicos de nuestro país.

Ojos de Brujo es un grupo veterano en el festival desde su primera actuación en 2001. DJ Panko en la rueda de prensa previa a la actuación, recordó que Pirineos Sur siempre ha sido uno de los lugares donde siempre han sido mejor recibidos.

Desde el primer tema era evidente la receptividad que iba a tener. Una veintena de canciones que repasaron su discografía, haciendo especial mención a las que forman parte de su último disco “Aocaná”, su apuesta por la rumba y los aires latinos sigue funcionando para deleite de sus múltiples seguidores.

“Ventilador” fue interpretada y acompañada por un coro multitudinario, absolutamente entregado a la música, sin tener que preocuparse de los riesgos climatológicos de las noches anteriores. Tras concluir el concierto, DJ Panko continuó presente en la fiesta, realizando una sesión propia que se prolongó a lo largo de la noche. Anteriormente y en el espacio reservado para los medios de comunicación, los integrantes de Lizana volvieron a cantar, bailar y jalear, como culminación de una fiesta que se vivió y siguió con identidad.

La XVIII Edición de Pirineos Sur despedía los grandes conciertos, base del festival, como comenzaron, con aires festivos. Si la inauguración estuvo basada en sonidos de los Balcanes y de Centroeuropa, la clausura estuvo dedicada a nuestras músicas más divulgadas. Una excelente manera de celebrar la mayoría de edad.

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