Música e industria (VII): Analisis mediático de los dos festivales de músicas del mundo más importantes del país
Pero este tipo de eventos, todos ellos con mayor o menor financiación pública, además de su atractivo músico-cultural ¿son rentables socialmente? Vamos a analizar a dos festivales afines, longevos, conocidos, valorados, coherentes y con programaciones de calidad reconocida. La elección no es casual. Se trata de dos certámenes que este año cumplen dieciocho (Pirineos Sur) y quince (La Mar de Músicas) años respectivamente. La primera cuestión a señalar es que se realizan en entornos totalmente diferentes. Pirineos Sur en un municipio que apenas supera los 1.000 habitantes. La Mar de Músicas en una gran ciudad que sobrepasa los 200.000. Uno rodeados de cotas nevadas durante casi todo el año, el otro bañado por las aguas del Mediterráneo. Uno a seis kilómetros de la frontera francesa, y, en el otro, es posible visualizar las costas del continente africano.
Cualquiera que haya acudido de manera continua a ambos festivales habrá apreciado los cambios que se han producido en sus respectivas localidades. El Valle de Tena es un lugar que basa su actividad principal en el turismo de invierno, con importantes infraestructuras dirigidas a los deportes de naturaleza y de nieve, con parajes naturales únicos. Cartagena ha evolucionando hacia un turismo cultural con infraestructuras de primer nivel, como el Teatro Romano o el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, que la han convertido en atractivo singular.
Son festivales que reciben un buen número de espectadores de procedencias diversas, de manera más evidente en el festival oscense. El público asistente a los conciertos de La Mar de Música es mayoritariamente de la propia ciudad, de Murcia (a 53 km.), Alicante (a 122 km.), Madrid (a 456 km.) y el litoral próximo. A Pirineos suelen desplazarse desde Huesca (a 100 km.), Zaragoza (a 159 km.), San Sebastián (a 243 km.), Madrid (a 493 km.), Barcelona (a 370 km.) y Pau (a 80 km.). Al tratarse de festivales de larga duración las oleadas de espectadores suelen estar perfectamente controladas y muchos de ellos pernoctan en las instalaciones hosteleras existentes. Ambos festivales salvaron la temporada turística del último julio según reconocieron las asociaciones de hosteleros de ambas zonas. Lo anterior parece evidente.
Cualquiera que haya acudido de manera continua a ambos festivales habrá apreciado los cambios que se han producido en sus respectivas localidades. El Valle de Tena es un lugar que basa su actividad principal en el turismo de invierno, con importantes infraestructuras dirigidas a los deportes de naturaleza y de nieve, con parajes naturales únicos. Cartagena ha evolucionando hacia un turismo cultural con infraestructuras de primer nivel, como el Teatro Romano o el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, que la han convertido en atractivo singular.
Son festivales que reciben un buen número de espectadores de procedencias diversas, de manera más evidente en el festival oscense. El público asistente a los conciertos de La Mar de Música es mayoritariamente de la propia ciudad, de Murcia (a 53 km.), Alicante (a 122 km.), Madrid (a 456 km.) y el litoral próximo. A Pirineos suelen desplazarse desde Huesca (a 100 km.), Zaragoza (a 159 km.), San Sebastián (a 243 km.), Madrid (a 493 km.), Barcelona (a 370 km.) y Pau (a 80 km.). Al tratarse de festivales de larga duración las oleadas de espectadores suelen estar perfectamente controladas y muchos de ellos pernoctan en las instalaciones hosteleras existentes. Ambos festivales salvaron la temporada turística del último julio según reconocieron las asociaciones de hosteleros de ambas zonas. Lo anterior parece evidente.
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