El PSOE tiene un problema

En la magnífica tribuna de Ignacio Muro Benayas “Zapatero y la izquierda: orden, discurso y método” manifiesta que “La comunicación y la gestión de los medios, siempre esencial, se convierten entonces en determinante del éxito político”. Pienso que la mala gestión mediática del Gobierno de ZP pasa, además, por el control que ejerce la derecha sobre la mayoría de los medios de comunicación, por la nula acción política de los integrantes del Gabinete. No se puede comprender la poca implicación de ministras y ministros en la defensa de su propia gestión. Solamente el Presidente, la Vicepresidenta y los titulares de Interior y Asuntos Exteriores y Cooperación, al que se ha unido el de Justicia, parecen comprender que las elecciones son políticas y no técnicas.

No deja de ser casual que los ministros más activos sean justamente los que no son militantes del PSOE o lo son desde hace poco tiempo. El raquítico activismo político lleva a una comunicación escasa. Es preocupante que les cueste tanto contrarrestar las campañas de embustes y mentiras continuas. Es un problema del PSOE y este problema, partidista, nos afecta a todos. El PSOE no ha sabido asimilar el efecto Zapatero. Su forma de intervención ha sorprendido incluso a sus propios compañeros. Igual pasó en las elecciones generales, los no militantes confiábamos más en él que sus propios compañeros. Los últimos años de gobierno de Felipe González, y los años de control de la organización, han hecho mucha mella y se nota a la hora de tomar iniciativas y de generar capacidades autónomas de actuación.

Entre ayer y hoy he recibido muchos e-mails y sms de mucha gente pidiendo el voto para la izquierda, apoyando a ZP, casi ninguno procedía de militantes del PSOE. Muchos de ellos enviados por personas que no han simpatizado nunca con este partido, pero que han comprendido que el no apoyar a Zapatero, es abrir la puerta a la derecha más cavernícola, sedienta de venganza. Ya lo dice su ideólogo Federico “hay que apuñalar al adversario hasta que se desangre” y a una crisis en el Partido Socialista que posiblemente llevaría a una dirección más liberal, menos laica y republicana.

El PSOE tiene un problema muy grave. Convencerse a sí mismo de que la gestión del Gobierno es positiva. Tiene que engrasar la maquinaria para salir a explicar los logros y movilizar a un electorado de izquierdas habitualmente abstencionista. Tiene que empezar desde ya. A partir del domingo, sean los resultados que sean. La FAES y todos sus secuaces van a lanzar unas campañas de intoxicación y de temor muy duras y peligrosas. Supongo que si algún dirigente vasco hubiera dicho algunas cosas parecidas a las que han manifestado algunos responsables del PP en los últimos días, la Fiscalía del Estado hubiera intervenido de oficio, por no decir lo que hubieran dicho sus voceros mediáticos. Para poder engrasar esa maquinaria hacen falta propuestas drásticas que ayuden a mejorar la calidad de vida de la mayoría. Esta legislatura ha sido la de los derechos civiles, la próxima debe ser la de la calidad de vida para todos. Un ejemplo, la puesta en el mercado de alquiler la de millones de pisos que hoy están desocupados. Medidas de este estilo harán posible la movilización de millones de personas. Los derechos civiles los apoyamos todos, hacen progresar a la sociedad, pero benefician sólo a los implicados y a los allegados. A los más favorecidos por estas medidas la memoria les suele flaquear y lo ilustro con un ejemplo; años de lucha para conseguir la igualdad de los homosexuales y, en el mes de las elecciones, una de las revistas dirigidas a ellos, no tiene inconveniente en sacar en portada al candidato del partido que más se ha opuesto a todo tipo de medidas de igualdad.

El PSOE tiene un problema que no es difícil de resolver, pero hay que tener voluntad de hacerlo.