Energia musical en el ramadán

Por Yolanda Agudo López.
Desde hace unos años Pirineos Sur se ha convertido, posiblemente, en el festival europeo más comprometido en la difusión de las músicas actuales de Marruecos con artistas residentes en dicho país, a diferencia de otros festivales nacionales e internacionales que suelen contratar a creadores magrebíes residentes en Europa, cuya música se ha adaptado a los gustos del consumidor del viejo continente, alejándose de sus raíces y de las realidades más próximas.
Darga, H-Kayne, Don Bigg, Hoba Hoba Spirit, Fez City Clan y Oum, son algunos de los nombres que han pasado por los escenarios del festival oscense, a los que habría que añadir las coproducciones  realizadas con el Festival L’Boulevard de Casablanca dentro de los programas de cooperación cultural desarrollados en los últimos años.
Barry ha sido el elegido en esta ocasión. Se presentaba en el escenario de la Plaza de los Mercados del Mundo en Sallent de Gállego, pero no era su primera visita al festival. En 2010 participó en el proyecto Alejandro Montserrat & Al Baïda y con anterioridad lo había hecho en las Fiestas de la Mercé en Barcelona a mediados de la década pasada. Pero cualquier parecido entre lo visto en aquellas presentaciones y la actuación del domingo pasado es, como se suele decir, pura coincidencia. El artista casablanqués realizó –y sorprendió– con un concierto vigoroso, lleno de energía, una fuerza desbordante más sorprendente si cabe al coincidir con una de las primeras jornadas del Ramadán.
Barry forma parte de esos artistas imprescindibles, una personalidad a la hay que seguir, escuchar. Continuador de la saga de grandes nombres de la escena de Marruecos como Nass El Ghiwane, Boujemâa o Miftha, todos procedentes del barrio más creativo de la capital económica del país, Hay Mohammadi, referencia imprescindible contra la ocupación francesa. Su música parte de las raíces más tradicionales para navegar por el reggae, el hip hop o el country, una fusión contemporánea con una imagen y puesta en escena muy brillantes. Letras que hablan para educar e inspirar, pero también sin censuras ni tapujos sobre la situación nacional e internacional, sobre la corrupción, el poder o las drogas. Lo hace en dariya –a los catorce años ya rapeaba en esta lengua–, el árabe que coloquialmente hablan las clases populares, habitualmente despreciado por la población francófona y que poco a poco se vuelve a valorar gracias a la labor divulgadora de los artistas más innovadores.
Estaba actuando a escasos metros de la Casa de España de Casablanca cuando tuvo lugar el sangriento atentando terrorista de 2003. Sobre ese luctuoso acontecimiento escribió una canción dirigida a Al Qaeda titulada “¿Quién eres?” En la letra dice “Atentaste, fue un regalo para Bush”. En “Johnny Walker Bush” hizo referencia al ex Presidente George W. Bush “¿Desea la paz, o desea la política de la CIA?”. En “Jennifer López” abordó el culto a la imagen y al consumo que esclaviza a jóvenes del todo el mundo. Se acompaña de excelentes músicos con experiencia en otras formaciones, Faiçal Boudli bajista de una de las bandas de reggae más reconocidas de Marruecos, WachMnHit; el batería Brahim Terkemani que ha formado parte de grupos como Total Eclypse (metal) o Darga (fusión). De esta banda también es integrante Anas Chlih, intérprete del banjo y laúd, Terkemani subirá al escenario del Auditorio Natural de Lanuza el día 28 en el espectáculo Manuel Santiago & Alquibla.

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