Bailando "dub" en el Pirineo

Firma invitada: Javimar.  Director artístico de  Xenox Music Media España.

Lo primero que tengo que decir es que la cumbia, como el café, me gusta de todas la maneras. El show de Clorofila comenzaba de forma prometedora con un colorido deslumbrante, con aires de banda sonora de western filmado en Tijuana, de menos a más con ritmos downtempo la actuación a modo de dj-set fue subiendo en ritmo y ganando en melodías, la incorporación de instrumentos de viento, tres trompetas y una hermosa tuba le daban un toque distinto de autenticidad y unas armonías de las que erizan la piel. Las imágenes del video-dj muy bien ligadas a la música, con toque cósmico-vintage de dibujos animados, un mundo muy bien construido pieza a pieza, de los mejores que han pasado por aquí, muy creativo, bravo.

Los ritmos iban cambiando del downtempo al house más latino y underground, de repente sonaba la melodía cumbiera y la gente se ponía a bailar, a mi lado unas chicas creyeron reconocer a Ráfaga y les coreaban “Mentirosaaaa…” como si nada, la fiesta es la fiesta, y la noche invitaba a ello. Las canciones se sucedían sin pausa, y por eso la actuación se hizo corta, hora y media en un ‘ratico’.

Al final el giro fue una homenaje a la disco music en general y a Donna Summer en particular, al menos yo así lo sentí, con su canción “Naked Disco”, una canción hermosísima y pistera. Y es que desde que el mundo dj ha entrado en la cumbia ambos se han enriquecido mucho musicalmente, y el beneficiario es el bailador.

La propuesta de Clorofila es arriesgada y menos comercial cuando se adentran en el dub, que en sus manos se convierte en cósmico y planetario, muy vanguardista y personal con momentos muy experimentales en los que los vientos se abren al jazz y la música contemporánea, pero la nave toma tierra después del viaje a Marte y el baile continúa con la cumbia tradicional que pone a todos de acuerdo y convierte los Mercados del Mundo en tremenda pista de baile.

Jorge Verdín utiliza los sonidos electrónicos más actuales, que van del electro al acid con unas líneas de bajo de las que dan en el estómago y un poco más abajo, produciendo algo muy parecido al orgasmo. La actuación tuvo momentazo a capella-orgánica con los cuatro vientos solos, y la fusión fue Sonidero-Balcánica con final de pasodoble español, un no parar, muchas emociones juntas para una semana de infarto en Pirineos Sur 2012.

Ya por la noche cuando las luces se apagan y el valle duerme, ellos ríen y roncan como Vicente Fernández. Todo muy natural, como lo que son: auténticos Mezcaleros de la Sierra. Y eso que la cosa empezó patosa con el futuro presentador de after-sun mandando callar al respetable ¿respe qué? Gran noche, y a mí que me gusta contarlo.

                  

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