La parranda de Zenet

La noche meteorológicamente excelente era el mejor presagio para la velada musical que se preveía tras las dos anteriores donde el frío asumió protagonismo compartido. El malagueño Zenet era la primera vez que acudía a Pirineos Sur. Lo hacía tras una gira intensa por escenarios de toda la Península. Se presentó con su banda habitual, con el único cambio de Juan Cruz al piano en sustitución de Pepe Rivero. Se nota el trabajo conjunto y coordinado de la banda. La manera tan singular de encarar temas a ritmo de tango, blues, bolero, swing o jazz.


“Ella era mala” fue el tema elegido para la apertura. El público que abarrotaba el escenario de los Mercados del Mundo en Sallent de Gállego lo agradeció, desde ese momento la reciprocidad fue mutua.


Tony Zenet además de magnífico cantante es un notable actor. Se observa en cada tema. En la manera de ejecutarlos. En la forma de dirigirse al público. En su talante al conversar. Es evidente la complicidad con la banda, con un José Taboada inmenso a la guitarra y la seguridad que aportan el cubano Manuel Machado a la trompeta, Lucho Aguilar al contrabajo, Owe Larsson al trombón, Jimmy Castro a la batería o el ya mencionado Juan Cruz, todo ello arropado con una letras, de Juan Laguna, cuyo resultado es un espectáculo que los espectadores visualizan desde el inicio contagiándose del buen hacer colectivo, incorporándose con cantos y bailes, con descaro y sin pudor. Todo parece permitido en esta velada musical.


La puesta en escena se asemeja al de cualquier local de película americana de los años cuarenta. También puede ser un tugurio de La Habana, un cabaret parisino y por qué no, un local en el barrio madrileño de La Latina donde el malagueño vive y se cobija a diario, cuando las obligaciones lo permiten, con sus amigos de la capital. Cultura urbana de club. A pesar de estar prohibido el tabaco en lugares públicos, siempre se intuye cierta nube de humo, sabor a whisky y cerveza. A baile apasionado de parejas deseosas de no perder ninguna oportunidad. Una conjunción para disfrutar y compartir donde Zenet se convierte en un auténtico mago de ceremonias sacando de su sombrero las mejores melodías, que ejecuta sentado en un taburete al que se dirigen todas las miradas.


Durante hora y media hizo un repaso a los discos editados “Los mares de China” y “Todas las calles”. En total trece temas que encandilaron a un público que no dejo de bailar y aplaudir durante toda la actuación. Buen tipo, excelente músico y gran parrandero este Zenet.

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