"Bailando bajo la lluvia" por Benjamín Machón
Advirtió el presentador que debíamos prepararnos para una “severa parranda”, casi simultánea a lo que acontecía en Bogotá y otras ciudades de Colombia que celebraban en esos momentos los actos centrales dedicados a conmemorar el Bicentenario de su Independencia, y no se equivocó. La fiesta y el baile fueron los protagonistas del concierto de Erika Muñoz, EKA.
Irrumpió su potente voz en la oscuridad tiñendo el ambiente con una canción tradicional colombiana que puso los pelos de punta del público que como por arte de magia llenó la plaza de Sallent inmediatamente después de que sonaran los primeros compases. Nos disponíamos, sin saberlo, a presenciar un concierto sobresaliente en el que, en sus primeros compases, la voz de la sensual sonera colombiana sólo estaba acompañada de percusión, lo que nos hacía pensar que estábamos asistiendo a un rito de magia importado directamente de algún punto del África negra.
La lluvia también quiso ser acariciada por la voz de EKA y apareció como invitada inesperada en el mismo momento en el que comenzaron a sonar por primera vez las cuerdas y el ritmo del concierto se aceleró llevando en volandas los pies de los asistentes que no desertaron de la República Independiente del Baile en que se había convertido el escenario situado a la ribera del Gállego a pesar de que el líquido elemento estuvo presente durante todo el concierto.
La fusión de los instrumentos tradicionales colombianos, como la tambora y las maracas, con otros más habituales defendidos por unos músicos excelentes, resultó extraordinaria para acompañar la enorme presencia de la cantante colombiana que llenaba la escena con el contoneo de su pequeño cuerpo que expedía vitalidad y sensualidad por todos los poros de su piel canela. Permanentemente interactuando con un público entregado a la causa del baile sin concesiones, ni condiciones, se le dibujaba una gran sonrisa en la cara cada vez que algún espectador gritaba “¡Viva Colombia!”.
EKA por su parte no dudaba en departir, casi en cada pausa, con la concurrencia que se sintió partícipe del espectáculo cada vez que era requerida para corear los estribillos más pegadizos alcanzando una comunión perfecta entre artistas y público que inundó el ambiente de un halo mágico que nos acompañaría hasta horas después de finalizado el concierto.
A pesar de las condiciones meteorológicas el sonido fue perfecto gracias a la excelente labor que realizan cada noche los técnicos de sonido del festival, lo que ayudó a que el público no quisiera marcharse pasada la medianoche consiguiendo que la figura de la artista se volviera a dibujar ante los focos gracias a la insistencia con la que se solicitó otro tema, llegando así al final de la “parranda” en una noche en la que el dios de la lluvia, quiso bailar con todos los presentes.
Foto: Pilar Hurtado.
Comentarios
BUENA POR ESA AMIGA, SI ES VERDAD USTED ES BUENA EN LO QUE HACE COMO CANTANTE, DEMUESTRELE AL MUNDO EL EXPLENDOR DE SU VOZ y la calidad de nuestra musica. wuepaje..
CATALINA BARROS(gatilafeliz@hotmail.com)
Harold Pinedo
.::Eka::.