El futuro ya está aquí

La celebración en Barcelona del Foro Europeo de Industrias Culturales nos debería hacer reflexionar sobre el papel actual de la cultura y de sus agentes. Enrique Dans afirma que sólo sobrevivirán aquellos que sepan adaptarse a los cambios. El no querer ser conscientes de ello y por lo tanto poner los medios para adaptarse, hará que los responsables de las industrias del ocio sigan responsabilizando de sus equívocos a la sociedad en su conjunto.
Estados Unidos mantiene que la primacía mundial no se consigue por el dominio de la fuerza de las armas, sino por el control y desarrollo de las industrias del entretenimiento. La Europa de la Ilustración parece derrumbarse ante los mercados por un deseo de competir con una industria que poco tiene que ver con sus valores; importando grandes superficies, convirtiéndolas en los centros culturales de la actualidad, mercantilizando el conocimiento, desechando la curiosidad y el saber, por una homogeneidad falsamente moderna.
En foros, encuentros, congresos, reuniones… lo que realmente centra el mayor número de debates son estadísticas, cuotas, balances… casi nunca temas relacionados con la creación, la pluralidad o la diversidad. Supuestas afirmaciones innovadoras sólo promueven el canjeo de culturas con identidad por otras, cuya modernidad es más que dudosa, buscando su adaptación para una distribución planetaria y exclusivamente mercantil.
La realidad no es unidireccional. La interacción es lo natural y con ella la participación, el desarrollo colectivo e individual. La información ha dejado de ser un bien privilegiado para convertirse en algo al alcance de casi todos. La ignorancia, la resistencia y los intereses de algunos no deben ser obstáculos para el desarrollo y el progreso de la mayoría. El utilitarismo es parte esencial de nuestro entorno. Trabas, leyes, órdenes y disposiciones contra toda lógica, no limitarán un campo donde todos queremos –y debemos– jugar. Artistas, distribuidores y público interactúan de forma multidireccional a través de redes y nuevas tecnologías. Trabajamos desde cualquier lugar del mundo mejorando la calidad, fruto de la cercanía y participación de todos los intervinientes y de la utilización eficaz de las nuevas herramientas desarrolladas. La adaptación es esencial para sacar adelante nuevos modelos de actuación y negocio donde las fronteras han dejado de existir. I+D, buenas prácticas, direcciones múltiples y horizontalidad permitirán su desarrollo.
Convencionalismos, formalismos y propuestas teledirigidas serán mayoritarios, pero un hueco más amplio permitirá el desarrollo de otras iniciativas que serán las que realmente producirán cambios necesarios e imprescindibles. Algo que parece no interesar a los intermediarios culturales habituales y a la mayoría de los responsables políticos. El progreso está redefiniendo no sólo nuestro trabajo, sino las bases del sistema capitalista, donde las máquinas comienzan a estar en manos realmente de quienes las trabajan. Es la lógica de la evolución y sólo entendiéndola nos permitirá ser conscientes de que el futuro ya está aquí.

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