Pirineos Sur en estado puro

La noche del sábado sea posiblemente la que mejor muestre el hálito y la realidad de Pirineos Sur, esas características que sin lugar a dudas le diferencian del resto de encuentros musicales similares.

Su espíritu se manifestó en las actuaciones programadas. La noche estaba dedicada a Johanesburgo, capital de la República de Sudáfrica. La apertura correspondió a Tumi and The Volume, grupo nacido en Melville, barrio mestizo de la ciudad, en 2001, que finalizaba en el Escenario de Lanuza su gira europea.

Representan a esa generación de artistas que realizan un hip-hop globalizado pero con matices propios que les identifica. Un rap lleno tonalidades provenientes del jazz, el rock y, por supuesto, el dub. Sus textos tienen una importancia esencial, no obstante reivindican la figura de Dambudzo Marechera, el novelista de Zimbabue fallecido de sida en 1987, mostrando con ellos su realidad y sus diversos combates. Tumi Molekane mostró por qué puede ser considerado uno de los talentos con más futuro del Continente, acompañado de una banda que estuvo a la altura de su talento.

La noche prometía con este inicio que mostraba unos artistas totalmente desconocidos para nosotros, una de las características más habituales del festival, una agraciada temperatura y una luna llena que no quería perderse ningún detalle de lo que acontecía.

Era la noche siguiente al cumpleaños de Nelson Mandela y no podía tener mejor representación escénica que la presencia de Johnny Clegg, que deleitó por la tarde con una de las mejores ruedas de prensa que ha habido en los diecisiete años de festival, poniendo de manifiesto la importancia de saber ser artista, dentro y fuera de los escenarios. Casi una hora respondiendo a todo tipo de preguntas que evidenciaba lo cómodo que se encontraba ante los medios acreditados y su agradecimiento por volver catorce años después al Festival.

Durante el intercambio artístico, entre los dos grupos, también se produjo una permuta ambiental. La plácida noche dió paso a una enérgica tormenta que refugió a la mayoría de los asistentes en las diversas carpas existentes. Las cámaras de televisión, que grababan íntegramente la noche para su emisión posterior en las televisiones locales franceses, tuvieron que resguardarse ante la descarga que se producía.


Un par de minutos antes de completarse los cambios, la tormenta se ausentó mientras la luna intentaba encontrar su hueco para no perderse algunos de los momentos más interesantes de los vividos hasta ahora en el Festival. “Africa” fue la canción elegida y con ella Clegg comenzó a desgranar lo mejor de sus canciones y mostraba a las primeras por donde iba a conducir su espectáculo. Acompañado de una magnifica banda perfectamente compenetrada hizo disfrutar a la gran cantidad de público que no dejaba de bailar, algunos de ellos sin dudar en bañarse, una vez más, en el pantano, otra de las particulares del Festival.


Daniel Shout seducía con su saxo. Andrew Innes (guitarra), Trevor Donejany (bajo) y Barry Van Zyl (batería) eran la base grupal, donde los coros de Mandisa Dianga y Bongani Masuku tienen una labor más que acentuada por sus magníficas ondas y donde la figura la Clegg llena la escena con su voz, música y puesta en escena. Entusiasma cantando, embriaga cuando ejecuta algunos de los instrumentos que maneja y arrebata cuando no deja de bailar durante todo el concierto. Muestra con rigor y autoridad todo su saber y confirma por qué es uno de los más grandes de los grandes maestros de las, mal llamadas, músicas del mundo aglutinando estilos y ritmos, otra de las señas de identidad del Festival.


La magnífica actuación tuvo que finalizar un par de temas antes de lo previsto, la lluvia tampoco quiso perderse nada de esta noche tan especial descargando como nunca lo había hecho hasta ahora. Con ello nos perdimos tres o cuatro temas y nos privó de escuchar “Asimbonanga”, un himno de la música popular del siglo pasado. Algunos ya que estaban empapados no dudaron en seguir bañándose como parte de la fiesta que se vivió.


La noche simbolizó sin duda el espíritu en estado puro de Pirineos Sur. Innovación, veteranía, fusión, calidad, diversidad, complicidad y variedad térmica.

Comentarios

Entradas populares