Objetivamente subjetivo; Tricontinental musical

Finaliza un año que cada uno juzga según le va. Las actividades relacionadas con las músicas más convencionales, han sido las peor paradas. La burbuja musical que iba a suplir a la inmobiliaria ha caído sin apenas despegar.

El 2010 tendrá como protagonista a América Latina. La excusa, el Bicentenario de la Independencia de alguno de sus países. Una vuelta hacia territorios olvidados. Una oportunidad de evidenciar la diversidad musical y cultural existente, y aproximarnos a realidades bastantes ignoradas. El castellano es la lengua más hablada del mundo, después del chino, para unos es un hándicap para nosotros una oportunidad que nos aproxima a una diversidad musical tan amplia, que convierte a la mayoría de los países de América Latina en un continente musical en sí mismo.

Nos percataremos de que las etiquetas usadas para la clasificación de las músicas populares no tienen sentido. El vallenato es el vallenato, el son el son, la bomba, el porro… son músicas con tanta identidad que nadie con la más mínima visión, se atrevería a encasillarlas en un departamento compacto donde incluir a Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Bisbal, los indios del Amazonas, Totó la Momposina o Violeta Parra.

Mostrar la música popular de América Latina en su contexto real no debe ser lo único. El encuentro debe ser un redescubrimiento por ambas partes. Ver y entender realidades diferentes, plurales y heterogéneas en su contexto, para valorarlas y apreciarlas. Nos importa el día a día, las libertades individuales y colectivas, la diversidad cultural; lo que ocurre y padecen forma parte de nosotros. Nos interesan más esas realidades que las cuentas de resultados de las grandes multinacionales españolas, que durante años han sabido sacar provecho de los diferentes gobernantes.

La música debe ser una excusa para romper el apagón informativo existente, manifestando el trato desigual con el que se trata a unos países y gobernantes y a otros, motivado por intereses económicos. A las dificultades planetarias hay que sumar las surgidas por los intentos de independencia que determinados dirigentes quieren emprender. Camino peliagudo que cuenta con la oposición de la mayoría de nuestros medios, que no dudan en manipular hasta límites insospechados sus quehaceres. La cultura debe ayudar a tener una visión real, objetiva y crítica del acontecer diario.

Nos corresponde apoyar y difundir obras y pensamientos secuestrados. En campos como la gestión cultural, la sociología, la educación y el trabajo social es evidente la nula atención que prestamos a sus conocimientos, propuestas y evaluaciones. Nuestro eurocentrismo impide conocer y compartir experiencias que nos enriquecen a todos y afrontar los cambios con más nociones y realidades. El 2010 debe ser una manera de redescubrirse en común, no se trata de un proyecto de mercadotecnia que nos muestre lo que ya conocemos, no se puede convertir en un nuevo desencuentro. Tenemos la oportunidad añadida de trazar un puente entre continentes. Nuestra proximidad con África permite la posibilidad de crear nuevos caminos culturales, los primeros pasos hacía nuestra particular Tricontinental, la musical.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
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Anónimo ha dicho que…
Certero y pertinente la nota sobre las mal llamadas Músicas del Mundo. Esta apelación desvaloriza la música popular, las expresiones urbanas, folclóricas, regionales o comunitarias, reduciéndolas a "productos exóticos en vía de extinción". Uniformización nefasta que entorpece y dificulta una proyección más amplia y destacada de los géneros musicales no comerciales, como lo señala Rubén en su reflexión.

En Francia las emisoras encasillan bajo el seudónimo de “Musiques du Monde” todo lo que no esta de moda, aquello que no corresponde a criterios actuales de modernismo “y no se adapta a los gustos creados y manipulados por el comercio de la música. Otro termino que se presta a confusión es Fusión -cualquier expresión musical es fusión, interacción, mezcla-, ya sea rock, salsa, hip hop, cumbia, flamenco o vallenato. Toda manifestación y creación musical es el resultado de diversas influencias, de ese bagaje universal diseminado por el mundo a través de los éxodos y los flujos migratorios. Las expresiones “puras” que surgieron de ritos y ceremonias se conservan en contextos precisos: liturgias, festejos religiosos, cantos asociados a las labores de la tierra y cánticos de vaquería y crianza de rebaños. El folclor y la música tradicional necesitan mezclarse para sobrevivir y evolucionar, como el viejo cacharro que el abuelo guardó en el garaje después de mucho trajín y que el nieto, inquieto y curioso remodeló, engraso y pintó para seguir rodando y conservando el viejo motor....

Actualmente los puentes entre África, América latina con Europa y el mercado occidental de la música están atrofiados y no llegan a los medios de difusión y de producción las sonoridades "marginadas y minoritarias" que surgen cotidianamente en las canteras de los “países pobres”.Ya no entran en los circuitos actuales de difusión y comercialización y se desconoce e ignora una gran parte de la producción musical del tercer mundo. Las emisoras tienden a globalizar una música de ascensor o supermercado, sosa y repetitiva, y el locutor empieza también a convertirse en proyecto de museo, como el disco, el libro y la fotografía al bromuro de plata.

Participé en el último Mercado Cultural del Caribe entre el 3 y el 7 de diciembre 2009 en Cartagena de Indias y constaté la riqueza y variedad de Música que se está creando y que se extiende desde las gaitas y tambores d los Gaiteros de San Jacinto, las nuevas propuestas salseras de Toño Barrio, el jazz latino de Siguarajazz, los sonidos urbanos de La Mojarra Eléctrica, Tumbacatre, Choc Quib Town, las experiencias que confrontan géneros y aires culturales diversos a lo largo y ancho de la heterogeneidad colombiana, hasta la música llanera o de la Orinoquia como Cimarrón y sus arpas, cajones y zapateos... Pero esta evidencia de creatividad desbordante, síntoma de la necesidad de nuestros pueblos de “alimentar el alma” con música y movimiento, no recibe apoyo, ni del estado ni de los medios de comunicación y aun menos de las compañías disqueras que solo promocionan y editan Juanes y Shakiras y que cierran las puertas a los talentos jóvenes, al nuevo abanico de sonoridades que se produce en el país del Sagrado Corazón de Jesús y la cumbia cienaguera...

Un Mundo sin Música es como un Jardín sin Flores...

Ernesto Concha
http://www.salsapaca.com/
info@salsapaca.ocm
Marsella, 19.01.2010

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