¿Por qué la izquierda debe defender el Software Libre? (IV)
El Software Libre en la Sociedad del Conocimiento
El crecimiento del capital intelectual opera como un “escape” del sistema capitalista a las limitaciones materiales, energéticas y ecológicas. Nuestro planeta es finito, la cantidad de capital y su valor está limitado por los recursos y la energía. En cambio, el capital intelectual puede crecer infinitamente y así dar cada vez menos participación del ingreso al trabajo. Licuar este capital es esencial para que se cumplan las predicciones marxistas sobre la baja de las tasas de ganancia dada la saturación en capital de las economías centrales.
Por tanto, en la Sociedad del Conocimiento, la contradicción fundamental es entre la libertad del conocimiento y la privatización del conocimiento.
El concepto de conocimiento libre es equivalente, en las sociedades del conocimiento, al concepto de capital en las sociedades industriales.
El punto central del conflicto político en las últimas centurias fue sobre la propiedad privada o pública de los bienes de producción. El conflicto central de las nuevas sociedades del conocimiento será sobre la libertad, o no, del conocimiento que será fundamental en las nuevas formas productivas y comunicativas.
Los debates internos
Esta verdad es, sin embargo, incomprendida por muchos de los que defienden las ideas del Software Libre sólo como una forma de ética, las 4 libertades, en definitiva, sólo como una forma ideológica que amplia el concepto de los derechos humanos a la era de las sociedades del conocimiento estableciendo como derecho humano fundamental el derecho a conocer, comunicar y ampliar las tecnologías que cada uno usa. Derecho sin el cual quedaríamos atrapados en la red de máquinas que usamos para vivir.
Es decir, muchos sólo ven en el Software Libre la ideología del derecho humano pero no su poderosa capacidad transformadora de la sociedad, sobre la cual se sustenta esta ética. Si Stallman se hubiese limitado a enunciar sus ideas y no hubiera creado (junto a otros) el software necesario con el contenido "viral" de la Licencia Pública General, GPL, nada hubiera acontecido.
Las comunidades de Software Libre suelen enfocarlo sólo como una cuestión ética, independiente de la cuestión de su efectividad materialista, que es mejor percibida por los defensores del "Open Source", quienes lo ven como un medio y mecanismo para producir mejor software. Desde ambos posiciones, algunos insisten en que el Software Libre no es una cuestión política.
Muchos también rechazan la consigna de que todo el conocimiento sea libre y sólo hablan del conocimiento funcional o útil, como diciendo que no son socialmente necesarias otras expresiones como el arte.
También hacen la diferencia entre derecho de autor, marcas y patentes. Lo cual, si bien es correcto desde el punto de vista legal, desde el punto de vista económico todas estas formas crean capital virtual. Crean escasez donde naturalmente no la hay. El conocimiento no es naturalmente escaso, es necesario aplicar la fuerza policial del estado para reprimir el compartir. Si yo me como una manzana, nadie más podrá comerla, si yo comparto una idea, todos podemos usufructuarla, no pierdo mi idea e incluso se multiplica y se mejora.
A través de Internet, las ideas se difunden, se multiplican y mutan a escalas inimaginables, y esto, en el caso del Software, es imparable.
Desde estas comunidades “sólo éticas”, se construye la idea de que libre no es gratis. Aunque la realidad muestra claramente que al Software Libre se "baja" de Internet sin costo adicional a la existencia de la red, y sin pagar a sus autores o distribuidores. En realidad es gratis, que no está mal, y es esencial a su perfil de instalación.
Dentro del movimiento del Software Libre, las derechas liberales, que tienen como punto de partida que el Software Libre destruye a los monopolios, y las izquierdas, por los argumentos que hemos mostrado, tienen cabida en el debate.
El crecimiento del capital intelectual opera como un “escape” del sistema capitalista a las limitaciones materiales, energéticas y ecológicas. Nuestro planeta es finito, la cantidad de capital y su valor está limitado por los recursos y la energía. En cambio, el capital intelectual puede crecer infinitamente y así dar cada vez menos participación del ingreso al trabajo. Licuar este capital es esencial para que se cumplan las predicciones marxistas sobre la baja de las tasas de ganancia dada la saturación en capital de las economías centrales.
Por tanto, en la Sociedad del Conocimiento, la contradicción fundamental es entre la libertad del conocimiento y la privatización del conocimiento.
El concepto de conocimiento libre es equivalente, en las sociedades del conocimiento, al concepto de capital en las sociedades industriales.
El punto central del conflicto político en las últimas centurias fue sobre la propiedad privada o pública de los bienes de producción. El conflicto central de las nuevas sociedades del conocimiento será sobre la libertad, o no, del conocimiento que será fundamental en las nuevas formas productivas y comunicativas.
Los debates internos
Esta verdad es, sin embargo, incomprendida por muchos de los que defienden las ideas del Software Libre sólo como una forma de ética, las 4 libertades, en definitiva, sólo como una forma ideológica que amplia el concepto de los derechos humanos a la era de las sociedades del conocimiento estableciendo como derecho humano fundamental el derecho a conocer, comunicar y ampliar las tecnologías que cada uno usa. Derecho sin el cual quedaríamos atrapados en la red de máquinas que usamos para vivir.
Es decir, muchos sólo ven en el Software Libre la ideología del derecho humano pero no su poderosa capacidad transformadora de la sociedad, sobre la cual se sustenta esta ética. Si Stallman se hubiese limitado a enunciar sus ideas y no hubiera creado (junto a otros) el software necesario con el contenido "viral" de la Licencia Pública General, GPL, nada hubiera acontecido.
Las comunidades de Software Libre suelen enfocarlo sólo como una cuestión ética, independiente de la cuestión de su efectividad materialista, que es mejor percibida por los defensores del "Open Source", quienes lo ven como un medio y mecanismo para producir mejor software. Desde ambos posiciones, algunos insisten en que el Software Libre no es una cuestión política.
Muchos también rechazan la consigna de que todo el conocimiento sea libre y sólo hablan del conocimiento funcional o útil, como diciendo que no son socialmente necesarias otras expresiones como el arte.
También hacen la diferencia entre derecho de autor, marcas y patentes. Lo cual, si bien es correcto desde el punto de vista legal, desde el punto de vista económico todas estas formas crean capital virtual. Crean escasez donde naturalmente no la hay. El conocimiento no es naturalmente escaso, es necesario aplicar la fuerza policial del estado para reprimir el compartir. Si yo me como una manzana, nadie más podrá comerla, si yo comparto una idea, todos podemos usufructuarla, no pierdo mi idea e incluso se multiplica y se mejora.
A través de Internet, las ideas se difunden, se multiplican y mutan a escalas inimaginables, y esto, en el caso del Software, es imparable.
Desde estas comunidades “sólo éticas”, se construye la idea de que libre no es gratis. Aunque la realidad muestra claramente que al Software Libre se "baja" de Internet sin costo adicional a la existencia de la red, y sin pagar a sus autores o distribuidores. En realidad es gratis, que no está mal, y es esencial a su perfil de instalación.
Dentro del movimiento del Software Libre, las derechas liberales, que tienen como punto de partida que el Software Libre destruye a los monopolios, y las izquierdas, por los argumentos que hemos mostrado, tienen cabida en el debate.
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