Necesidad de un tratamiento inmediato
El último informe del Estudio General de Medios (EGM) debería preocuparnos a todos. Inquietud no sólo por las escasas de ventas, sino porque éstas nos sitúan a niveles de países subdesarrollados. Según la Unesco, en esta categoría se incluye, y por lo tanto tenemos el triste papel de formar parte de ella, a aquellos países que venden menos de 100 periódicos por cada 1.000 habitantes.
Recientemente Pedro Almodóvar cargaba sobre cómo se trata al cine en el diario de mayor tirada. Puede ser más o menos discutible, e incluso subjetiva, la queja. Lo que es evidente es la manera en que la prensa convencional trata las informaciones culturales, siempre intentando satisfacer a las industrias afines que mediante publicidad directa o encubierta consiguen estar perennemente presentes en los medios, expulsando de estos a una buena parte de los lectores más hacendosos.
Jeremy Rifkin mantiene que la defensa de la biodiversidad y la diversidad cultural son los grandes retos de este siglo. A la primera sólo suelen referirse cuando alguna personalidad o gran institución las respalda. La diversidad cultural no tiene visibilidad. Esta invisibilidad la podemos ver año tras año con los festivales de músicas del mundo de nuestro país. Algunos están considerados entre los mejores del continente. Otros han sabido subsistir a modas y comportamientos políticos. Todos han contribuido a mostrar la diversidad, no sólo la musical. Exposiciones, coloquios, premios, muestras de cine, literatura, publicaciones…, permanentemente silenciadas, casi nunca merecen la atención en medios generalistas.
Información sí difundida a través de los medios locales y de los especializados compartida con las redes de periodismos ciudadanos. A los primeros les corresponde informar con rigor y profundidad. Los segundos se encargan de transmitir la información de manera pronta, pudiendo ejercer todos de comunicadores. Blogeros de todo el mundo sufren las iras de los gobernantes. Se han percatado de la importancia de este tipo de periodismo ciudadano. Cercanía y aproximación que sólo son efectivas cuando se corresponden con los intereses e implicación ciudadana. Recientemente se ha celebrado el Día de África institucionalizado por la Unión Africana en 1963 y sólo reconocida por cinco países de manera oficial. La no involucración de la ciudanía hace que este tipo de eventos no tengan más transcendencia que la meramente política e institucional, sin alcanzar los objetivos que se dicen pretender.
Invisibilidad, desinformación, lejanía o carencias democráticas son enfermedades que parecen no merecer atención, ni tratamiento alguno. Sólo la intervención ciudadana, de diversas maneras y formas, permitirá corregir las múltiples deficiencias existentes que en vez de ir achicándose se van ampliando de manera nociva. Prevención primaria o grandes cirugías son las únicas posibilidades para enmendar este árido panorama que nos toca vivir o mejor dicho, padecer.
Recientemente Pedro Almodóvar cargaba sobre cómo se trata al cine en el diario de mayor tirada. Puede ser más o menos discutible, e incluso subjetiva, la queja. Lo que es evidente es la manera en que la prensa convencional trata las informaciones culturales, siempre intentando satisfacer a las industrias afines que mediante publicidad directa o encubierta consiguen estar perennemente presentes en los medios, expulsando de estos a una buena parte de los lectores más hacendosos.
Jeremy Rifkin mantiene que la defensa de la biodiversidad y la diversidad cultural son los grandes retos de este siglo. A la primera sólo suelen referirse cuando alguna personalidad o gran institución las respalda. La diversidad cultural no tiene visibilidad. Esta invisibilidad la podemos ver año tras año con los festivales de músicas del mundo de nuestro país. Algunos están considerados entre los mejores del continente. Otros han sabido subsistir a modas y comportamientos políticos. Todos han contribuido a mostrar la diversidad, no sólo la musical. Exposiciones, coloquios, premios, muestras de cine, literatura, publicaciones…, permanentemente silenciadas, casi nunca merecen la atención en medios generalistas.
Información sí difundida a través de los medios locales y de los especializados compartida con las redes de periodismos ciudadanos. A los primeros les corresponde informar con rigor y profundidad. Los segundos se encargan de transmitir la información de manera pronta, pudiendo ejercer todos de comunicadores. Blogeros de todo el mundo sufren las iras de los gobernantes. Se han percatado de la importancia de este tipo de periodismo ciudadano. Cercanía y aproximación que sólo son efectivas cuando se corresponden con los intereses e implicación ciudadana. Recientemente se ha celebrado el Día de África institucionalizado por la Unión Africana en 1963 y sólo reconocida por cinco países de manera oficial. La no involucración de la ciudanía hace que este tipo de eventos no tengan más transcendencia que la meramente política e institucional, sin alcanzar los objetivos que se dicen pretender.
Invisibilidad, desinformación, lejanía o carencias democráticas son enfermedades que parecen no merecer atención, ni tratamiento alguno. Sólo la intervención ciudadana, de diversas maneras y formas, permitirá corregir las múltiples deficiencias existentes que en vez de ir achicándose se van ampliando de manera nociva. Prevención primaria o grandes cirugías son las únicas posibilidades para enmendar este árido panorama que nos toca vivir o mejor dicho, padecer.
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