Un levantamiento de libro (II). Tumbar al capitalismo
A pesar del evidente llamamiento a la acción, "La insurrección que viene" es un lúcido tratado que analiza la situación por la que pasa la sociedad contemporánea: "La crisis es una manera de gobernar. Cuando este mundo parece no tener otra forma de sostenerse que mediante la gestión infinita de su propia derrota", por eso proponen esta movilización para "tumbar definitivamente al capitalismo".
Defienden que se elabore una nueva idea del comunismo y acabar con aquellos que hace 30 o 40 años se sublevaron contra la moral de sus padres, porque esos mismos son los encargados de reducir las protestas de los últimos años, desde las revueltas en Argelia en la primavera de 2001 hasta las del invierno de 2008 en Grecia, a una cuestión generacional. "Si es que no lo reducen a un efecto previsible de la adolescencia", escriben. Porque en realidad es este un manifiesto contra el olvido, contra la posibilidad de que todo levantamiento desaparezca por perderse en el intento.
Este libro está firmado con un nombre de colectivo imaginario. "Sus redactores no son los autores", se puede leer. "Se han convertido en los escribas de la situación". Otro libro de reciente publicación, "La movilización global" (Traficantes de Sueños) también habla de la fuerza del anonimato. En este caso, su autor, Santiago López Petit, advierte de que el anonimato es lo que nos permite ejecutar la decisión hasta el final. "El anonimato tiene toda la fuerza", dice el pensador. Pone el mejor ejemplo: el grito de "¡No a la guerra!", lanzado desde la fuerza del anonimato de la masa.
López Petit además habla de la "política nocturna", como aquella que ha roto con las categorías políticas de la modernidad, cuyo objetivo es que el malestar social y la fuerza del anonimato se logre expresar con toda libertad: "La política nocturna intenta construir una gramática de gestos radicales", dice el autor de La movilización global.
"Política nocturna es aquella que busca por todos los medios agujerear la realidad", porque el anonimato es el lugar donde la gente pierde el miedo. Aclara que este tipo de política es "la que ya no espera nada, ni se basa en ninguna esperanza y eso nos hace más libres".
Defienden que se elabore una nueva idea del comunismo y acabar con aquellos que hace 30 o 40 años se sublevaron contra la moral de sus padres, porque esos mismos son los encargados de reducir las protestas de los últimos años, desde las revueltas en Argelia en la primavera de 2001 hasta las del invierno de 2008 en Grecia, a una cuestión generacional. "Si es que no lo reducen a un efecto previsible de la adolescencia", escriben. Porque en realidad es este un manifiesto contra el olvido, contra la posibilidad de que todo levantamiento desaparezca por perderse en el intento.
Este libro está firmado con un nombre de colectivo imaginario. "Sus redactores no son los autores", se puede leer. "Se han convertido en los escribas de la situación". Otro libro de reciente publicación, "La movilización global" (Traficantes de Sueños) también habla de la fuerza del anonimato. En este caso, su autor, Santiago López Petit, advierte de que el anonimato es lo que nos permite ejecutar la decisión hasta el final. "El anonimato tiene toda la fuerza", dice el pensador. Pone el mejor ejemplo: el grito de "¡No a la guerra!", lanzado desde la fuerza del anonimato de la masa.
López Petit además habla de la "política nocturna", como aquella que ha roto con las categorías políticas de la modernidad, cuyo objetivo es que el malestar social y la fuerza del anonimato se logre expresar con toda libertad: "La política nocturna intenta construir una gramática de gestos radicales", dice el autor de La movilización global.
"Política nocturna es aquella que busca por todos los medios agujerear la realidad", porque el anonimato es el lugar donde la gente pierde el miedo. Aclara que este tipo de política es "la que ya no espera nada, ni se basa en ninguna esperanza y eso nos hace más libres".
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