Modelos sostenibles para la creatividad
Artículo de opinión aparecido en el número 2.049 de la revista Cambio 16 correspondiente al 7 de marzo de 2011.
Se puede descargar en:
http://es.scribd.com/doc/50182453/Modelos-Sostenibles-Para-La-Creatividad (PDF)
www.cambio16.es/opinion/caravaca/0007/ruben.php#
Durante su discurso en los últimos Goya, Álex de la Iglesia comentó que el modelo actual de negocio cultural estaba fallando. Se ha hablado mucho sobre aquel discurso, pero se ha obviado que desde hace tiempo asociaciones, instituciones y personas particulares están debatiendo sobre el tema. Silencio que también oculta que en la actualidad hay más consumo cultural que nunca. La producción se ha disparado en la era digital.
Esta semana se ha dado a conocer la Declaración del FCForum “Modelos Sostenibles para la Creatividad”. En su último párrafo animan a participar en su discusión para mejorarlo. Alientan a cada uno de nosotros a hacerlo suyo y compartirlo con responsables políticos, ONGs, industrias culturales, artistas, productores… En tiempos como los actuales de crisis y pensamiento único hegemónico, el que se plantee la importancia de participar y compartir el conocimiento hace obligada su lectura.
Parte de que la reconversión de las industrias culturales no solo es necesaria, sino que es inevitable. Una industria que criminaliza a los llamados internautas ocultando que del importe de un disco vendido a diez euros en una plataforma digital, solo 90 céntimos son para el artista y 5,30 euros para la discográfica. Si se ha prescindido de la fabricación, la distribución y el espacio físico para su venta, cada uno puede calificar estos datos como desee. Se dice que promueven el “todo gratis”. No es cierto. Lo que se pide es pagar realmente por lo que se recibe. Precios razonables para la realidad actual. No se pueden mantener los precios de siempre cuando han desaparecido intermediarios y las compañías han despedido a un buen número de trabajadores, dejando el personal justo para mantener su modelo de negocio. Se silencia que un 1,8% de los autores reciben el 70% de todo lo recaudado por los derechos de autor en nuestro país, según manifestó uno de los participantes en el encuentro “Redadas”, celebrado recientemente en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).
No se puede despreciar a los que difunden sus obras con licencia libre tachándolas como porquería, como si las licenciandas con copyright fueran garantía de calidad. Hay que respetar la decisión de los autores en el sentido que sea. Más de diez millones de obras bajo licencia libre (Creative Commons) han elevado a nuestro país al primer puesto a nivel mundial con este tipo de licencias, sin que exista ningún tipo de ayudas y consideración a este modelo de gestión cultural, que fomenta el emprendimiento, la cooperación, el trabajo común. Tampoco se dice que los autores son siempre los dueños de sus obras, pudiendo cambiar su modelo de licencia cuando lo deseen.
Son precisas deducciones fiscales que permitan la microfinanciación para los proyectos que cada uno considere oportuno, convirtiéndonos en pequeños accionistas de empresas o proyectos. Las obras subvencionadas, pasado un tiempo razonable de distribución comercial, deberían ser de libre disposición al haber sido pagadas por todos. Los fondos de bibliotecas, filmotecas, hemerotecas y discotecas públicas deben estar abiertos a todos y todas, no solo a estudiosos e investigadores.
Si se facilita el acceso a todo tipo de cultura, no solo a las comerciales, ofreciendo diversas posibilidades para su difusión y distribución, si compartimos el conocimiento, si los precios son justos respetando y retribuyendo a los que generen riqueza, se estará contribuyendo a un cambio global en la gestión cultural. Si prevalece el inmovilismo estaremos ahogando buena parte de nuestro potencial creador. Algunos llevan tiempo analizando y promoviendo los cambios precisos para el beneficio colectivo, otros prefieren anclarse en un modelo trasnochado que tan buenos resultados ha deparado a unos pocos.
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