Crear caminos
Recientemente tuve la posibilidad de acudir en Córdoba a las V Jornadas de Cultura y Desarrollo centradas en la música. La cita fue muy provechosa, bastante más que muchos de los encuentros profesionales habituales. Quizás esta sea la razón. La mayoría mostró un buen número de iniciativas basadas en la creación, difusión y colaboración y no en el negocio musical. De esta cita es posible que emerja un trabajo continuo en Red a ambos lados del Atlántico. Días antes tuvo lugar en el MMVV una nueva reunión de los impulsores del colectivo Festivales por la Diversidad, iniciativa emprendida por gestores públicos y privados, con el deseo de desarrollar nuevas vías para la difusión y el encuentro de las músicas menos evidentes.
Simultáneamente en una pequeña localidad madrileña tuvo lugar la V Edición de Interrapción, encuentro basado en la cooperación y la solidaridad musical. El Festival Noches de Ramadán, también en Madrid, tuvo una asistencia igual o superior porcentualmente a otros años. La Orquesta Nacional de Lavapiés que agrupa a chicos y chicas inmigrantes de este barrio madrileño, la mayoría sin escolarizar y otros sin papeles, ha comenzado a andar. En La Casa Encendida de la Fundación Caja Madrid se celebra un encuentro de “Música e inmigración”. El Ministerio de Cultura cede un espacio, La Tabakalera, a colectivos autogestionados que promueven el software libre y el copyleft. La cesión tiene que ver más con la situación económica que con el convencimiento político. Estas iniciativas han contando con una presencia muy importante de asistentes deseosos de conocer alternativas musicales y culturales. A poca distancia se desarrolla un festival con todo el apoyo institucional sin conseguir atraer a mucho público, a pesar de la calidad de los participantes.
En un número reciente de Ritmos del Mundo comentábamos la frase de Aníbal “Encontraremos un camino, y si no, lo crearemos”, es evidente que hay muchos colectivos y personas creándolos y desarrollándolos, la mayoría complejos y llenos de dificultad. Nada de lo que surge del sentimiento y la emoción es fácil de desplegar. Muchos fracasos y decepciones tienen que ver con el escaso protagonismo de las personas. Nos hemos dejado embaucar por cifras, estadísticas y datos. La prepotencia marca muchas acciones y los resultados no son los esperados. En situaciones complejas las iniciativas que tengan como base a los individuos, con sus sensaciones y afectos, permitirán el desarrollo de propuestas innovadoras, alejadas de las que marcan las industrias del ocio y del mercado.
El conocimiento emocional y la gestión horizontal definirán vías transformadoras de la acción cultural. Complementariedad de emociones y trabajo marcarán las propuestas más dinámicas y audaces. No serán mayoritarias, pero su realización permitirá el bienestar de sus ejecutantes y beneficiarios. Hay más caminos, este sólo uno de ellos.
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