Festival L'Boulevard: el espíritu libre de Marruecos (V)
La primera jornada está dedicada al hip-hop. Seis grupos suben al escenario. Destaca de manera especial el tangerino Muslim con letras que hacen referencia a las dificultades que padecen los subsharianos que campean desorientados por las calles de su ciudad o a los narcotraficantes que operan desde los alrededores de la misma. Su nombre significa “musulmán”, refleja sus profundas creencias que le convierten en el representante más conocido del rap islámico. Sus creencias le impidieron recoger hace cuatro años un premio como ganador del mejor single como artista novel. Hace poco ha decidido volver a los escenarios. Tras su actuación vuelve a la tarima acompañando a Chaht Man, integrante de una de las bandas más carismáticas de la ciudad, Casa Crew. Un diluvio no anunciado motiva que la jornada culmine unos minutos antes de lo previsto.
El viernes, con conciertos dedicados a la música electro/rock, llama la atención la actuación de Pro7. Bajo un sol que se agradece, el organizador de fiestas como las Travesti Monsters, hace un repaso de sonoridades por el break beat, el techno, el rock… fusionando ritmos y artistas árabes con Enimen o Nirvana de manera excelente. Tras el artista galo suben al escenario los integrantes Hoba Hoba Spirit. Una de las bandas más reputadas del país que entusiasma a miles de jóvenes realizando un rock con identidad. Doce años de carrera y cinco discos editados –el último Nefs & Niya se puede descargar gratuitamente en su página web– les han convertido posiblemente en el grupo magrebí más popular y cosmopolita.
En la tarde del sábado tiene lugar la presentación de la producción Miradas Cruzadas / Regards Croissés a cargo del grupo Alejandro Monserrat & Al-Baïda en el marco de cooperación cultural desarrollado por el Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur y L’Boulevard. Miles de personas siguen el estreno que tiene al flamenco como punto de arranque en armonía con la música andalusí, gnawa y bereber. “Derba guitar” es la canción escogida para abrir un espectáculo que se prolongó durante casi 90 minutos, manifestando desde ese primer tema la calidad artística de los participantes en este proyecto innovador. La diferencia cultural y de idioma no son obstáculo para conseguir la implicación del público que desde el primer momento conecta con los artistas, valorando la calidad interpretativa de todos los componentes, llegando al máximo apogeo en los temas interpretados por Barry, uno los cantantes más populares y reconocidos del país en perfecta conjunción con el cantaor Israel Dual, acompañados al baile flamenco, en algunos de los temas, por Carlota Benedí. Partiendo de la raíz, Miradas Cruzadas / Regards Croissés se concibe como un proyecto contemporáneo donde tienen cabida los sonidos más actuales. Por ello no sólo hay influencias de la herencia magrebí. Las nuevas propuestas de los músicos emergentes marroquíes tienen especial relevancia en este trabajo, en el que hay pinceladas de reggae y rap, que tienen cabida a través de las melodías de voz y una nueva y moderna visión de sus ritmos. “El resultado, en palabras de Alejandro Monserrat, no es un género musical, ni un estilo determinado, sino una serie de canciones con regusto a mil sabores.”
La jornada electro/rock/fusión se cierra con el concierto de una de las bandas con más futuro de Marruecos: Haoussa. La banda de Casablanca protagoniza un rock teatrero muy potente que tiene sus raíces en la música isawa, entonada con peculiaridad isawi, que confunden con el reggae o el ska donde no faltan guiños a artistas como los Dead Kennedys. Magnífica actuación reconocida por el numerosísimo público asistente. Su primer disco verá la luz en el segundo semestre de este año, lo que no ha sido un hándicap para sus presentaciones en varios países europeos.
El colofón se produce en la jornada de despedida, el día dedicado al rock metal. Desde las tres de la tarde del domingo hasta la medianoche, seis bandas de rock metálico y DJ Anakk desfilan por el escenario. Un público variopinto y heterogéneo ataviado con todo tipo de vestimentas metal, punki, siniestras y góticas casi llena en su totalidad el césped del estadio de rugby. El momento estelar se produce con la salida a escena de Sepultura. La banda de Belo Horizonte (Brasil), considerada como una de las mejores bandas de heavy metal a nivel mundial, con su estilo variado que trascurre por el death metal o la música industrial, sin descuidar toques de sus raíces brasileiras, entusiasma a un público enardecido que entona las canciones haciendo el mejor coro musical.
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