Festival L'Boulevard: el espíritu libre de Marruecos (II)


Mohamed Merhari, conocido por Momo, e Hicham Bahou son los impulsores y máximos responsables de este evento que ha catapultado a muchos de los excelentes artistas marroquíes del momento, algunos de los cuales ya han actuado en nuestro país, convirtiéndolo en la puerta para la divulgación internacional de las nuevas bandas emergentes marroquíes. Como cualquier evento de la trascendencia de éste, sus responsables están sometidos a críticas en su mayor parte poco fundadas, interesadas y manipuladas por discrepancias personales y profesionales, además de los lógicos celos por haber sido capaces de desarrollar desde la más absoluta independencia un proyecto musical pionero, emblemático y de repercusión trasnacional. Una iniciativa que va más allá del festival.

Tomando un taxi desde el aeropuerto de Casablanca hacia el centro de la urbe, encuentras a tu derecha un gran edificio de cemento cuya estructura llama poderosamente la atención al asemejarse a muchas de las construcciones imperantes en los países del Este europeo en pleno desarrollismo soviético; es el Technopark. Primer parque industrial de Marruecos, inaugurado en 2001, auspiciado por el Ministerio de Industria y Comercio y cuyo objetivo principal es el desarrollo de las tecnologías de la información, estando presentes en el mismo algunas de las empresas nacionales e internacionales más conocidas del sector. En la planta baja, junto al parking, se ubican las oficinas de L’Boulevard, denominadas Boultek, y centro asimismo de músicas actuales desde donde se fragua el festival, fruto de un compromiso entre sus responsables y los dirigentes empresariales. La realización de actividades culturales con regularidad es la contrapartida acordada. Pequeños conciertos, desfiles de moda, exposiciones, conferencias… son algunas de ellas. Llama la atención una escalera interior convertida en un graffiti gigante de enorme calidad, que se expande por varias plantas convirtiendo la sede empresarial en algo único e impensable en otros lugares. Aquellos locales que hace apenas un año estaban diáfanos, cubiertos de hueveras para su insonorización, poco a poco se están transformando en unas oficinas prácticas con varias salas de reuniones, estudio de grabación, emisora de radio, sala de exposiciones, de ensayo y de conciertos. Desde allí editan también la revista anual L’Kounache del Boulevard, donde repasan las actividades culturales más interesantes e innovadoras con un diseño actual, atrevido… a veces gótico, que se puede descargar gratuitamente en su página www.boulevard.ma.

Comentarios

Entradas populares