Objetivamente subjetivo; la reconversión cultural

Tribuna de opinión escrita y publicada en el número 10 en Ritmos del Mundo.



En esta primavera y verano se podrán revelar las consecuencias que la situación coyuntural económica tendrá para nuestro sector. Es obvio que las dificultades existen pero muchos se justifican en ellas para sacar más provecho y rentabilidad.

Los modelos de gestión y difusión han quedado obsoletos, están anclados en esquemas de hace más de dos décadas que no tienen nada que ver con la nueva realidad surgida de La Red y de la diversidad cultural. Buena parte de las propuestas son ajenas a los intereses y aspiraciones de la mayoría. Todo parece estar dirigido a un 10% de la población que es la que consume todas las propuestas que se realizan. Siempre los mismos en idénticos y diferentes lugares. Uno de nuestros principales objetivos debe ser que nuevos públicos se acerquen e intervengan en la acción y la gestión cultural.

La viabilidad de nuestras propuestas no será fruto de la salida que se dé a la crisis. El futuro dependerá de la manera en que se aborde una reconversión cultural que acomode nuestros planteamientos a las nuevas circunstancias. El fracaso de la política y la economía ha llevado a sus máximos responsables a percibirse de lo que se avecina intentando cambiar ciertos comportamientos, esperemos que la cultura no tarde mucho en percibirse de ello.

Las potencialidades que permite La Red no pueden despreciarse, ni condenarse en función de legislaciones que priman lo policial ante lo creativo. El pensamiento, las sensaciones, los matices y las emociones no pueden silenciarse. La diversidad cultural debe dejar de ser una materia pendiente para convertirse en un eje en la difusión y el conocimiento, como ya lo es en la creación. De todo ello surgirá una nueva geografía cultural donde La Red, la diversidad y la biodiversidad, serán las vías por donde navegaremos, generando confianzas compartiendo experiencias, sin ser depredadores del talento ajeno.

Romper con tópicos y prejuicios, dará paso a nuevas ideas y a propuestas innovadoras y descentralizadas. La Red es un imán que nos une en el pensamiento y en la acción. Nuestro poder de adaptación y nuestra elasticidad deben aprovecharse ante una realidad encorsetada anclada en el pasado.

Ideas, imaginación, provocación e innovación para plantar cara a las dificultades. Conocimiento, investigación, formación e intercambio que favorecerán y ampliarán nuestra labor, son la mejor inversión de futuro. Un germen que depende exclusivamente de nosotros donde será preciso romper con tabúes, fomentar empatía que genere confianza y permita volar la imaginación. Cuando economía y política han fracasado, debe predominar la cultura. Del fiasco de la misma seremos todos responsables, pero especialmente los que nos dedicamos a ella.

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