“El velo desnudo” de Badia Hadj Nasser (Ed. Alcalá Grupo Editorial)
Tánger es una de las ciudades que más literatura ha deparado. Hace un año una editorial de Alcalá la Real (Jaén) publicó “El velo desnudo” de la tangerina Badia Hadj Nasser, una psicoanalista que vive entre su ciudad natal y París. Para muchos se trata de la novela más valiente escrita por una mujer marroquí. Un relato audaz, templado, sin complejos, que en momentos estremece, incluso irrita cuando refleja abiertamente una sociedad donde sus miembros más activos, sobre todo si son mujeres, deben navegar esquizofrénicamente sobre los límites en los que deben o pueden moverse.
La novela expresa la historia de una joven, Yasmina, nacida en el seno de una familia tradicional y los cambios que se producen en su vida cuando se enamora de un cooperante extranjero, lo que le lleva a ser rechazada por sus familiares, que no entienden su pretensión por tener una identidad personal diferenciada. Una narración atrevida, donde no faltan los relatos de contenido sexual, muestra las situaciones de muchos jóvenes magrebíes que no quieren renunciar a su identidad, pero que tampoco quieren perderse lo novedoso que van descubriendo. Una mezcla de literatura y realidad vivida. Un amasijo de educación burguesa y los deseos de igualdad e individualidad. Puede sorprender un relato tan directo, ya que la visión que tenemos de Marruecos está llena de tópicos y tabúes que poco se asemeja a lo real. Badia Hadj Nasser rompe con muchos de ellos.
El título “El velo desnudo” refleja el entorno de las mujeres que ocultan su rostro ante evoluciones que no acaban de comprender, pero también para encubrir sus andanzas –sean estas más o menos honradas–; tiene cierta semejanza con “El pan desnudo” de Mohamed Choukry. Similitudes que van más allá de las denominaciones de sus obras.
La novela expresa la historia de una joven, Yasmina, nacida en el seno de una familia tradicional y los cambios que se producen en su vida cuando se enamora de un cooperante extranjero, lo que le lleva a ser rechazada por sus familiares, que no entienden su pretensión por tener una identidad personal diferenciada. Una narración atrevida, donde no faltan los relatos de contenido sexual, muestra las situaciones de muchos jóvenes magrebíes que no quieren renunciar a su identidad, pero que tampoco quieren perderse lo novedoso que van descubriendo. Una mezcla de literatura y realidad vivida. Un amasijo de educación burguesa y los deseos de igualdad e individualidad. Puede sorprender un relato tan directo, ya que la visión que tenemos de Marruecos está llena de tópicos y tabúes que poco se asemeja a lo real. Badia Hadj Nasser rompe con muchos de ellos.
El título “El velo desnudo” refleja el entorno de las mujeres que ocultan su rostro ante evoluciones que no acaban de comprender, pero también para encubrir sus andanzas –sean estas más o menos honradas–; tiene cierta semejanza con “El pan desnudo” de Mohamed Choukry. Similitudes que van más allá de las denominaciones de sus obras.
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