Palma despierta

Aparecido en Al Azar, el blog de Matías Vallés.
http://blogs.epi.es/alazar

Palma está obligada a ser una de las ciudades más bellas del mundo. Fageda y Cirer la liberaron con tesón de esa condena. Su apuesta feísta tiene por emblema la pérdida de simetría del Borne, una mariposa a la que arrancaron un ala. Los ex palmesanos se limitan a revolotear su ciudad, a huir de ella tras el compromiso laboral ineludible, a orbitarla por la Vía de Cintura. En domingo, cuatro de cada cinco de sus callejeadores son inmigrantes. El quinto es un turista. La pesadilla urbana era la principal prueba de que el PP podía someter a Balears a cualquier vandalismo, sin pagar un precio por ello.

La ciudad adormilada ha despertado a medias. El retorno a la lucidez coincide con la implantación de los métodos de acción directa de Matas –Son Espases, la facha marítima, el fantasma de la ópera–. Ahora mismo, la sociología subyacente a este artículo se polariza en la nueva alcaldesa. Arrasaría a Cirer, en una segunda vuelta que fuera votada en secreto en lugar de pactada en secreto. Nadie se escandaliza hoy si escribimos que Aina Calvo es la mejor opción posible para Palma. Salvo que lo ha decidido UM, no los electores. De hecho, los socialistas locales no confiaban en su candidata. Este desafecto supone la mejor garantía de éxito.

Me atrevo a decir que más del sesenta por ciento de palmesanos se sienten razonablemente satisfechos de la llegada de Calvo. Pese a que todavía no ha hecho nada. Esperemos que no sea precisamente por eso. Triunfar por anticipado zapa la labor de gestión. La alcaldesa se enfrenta a las secuelas de una aclamación irracional. Deberá distinguir entre quienes la han aceptado –cada vez más– y quienes la han votado –los sospechosos habituales, además de UM–. Para no poner en peligro sus aspiraciones ultraterrenas, los mallorquines se han especializado en votar a la derecha, en la confianza de que las protestas izquierdistas paliarán después sus efectos. Hoy se encuentran con la izquierda en el lado equivocado, o inhabitual. No queda tiempo para celebraciones. Palma no puede esperar.

Comentarios

Entradas populares