Conversando con Pau Donés (Jarabe de Palo)


Artículo publicado el pasado viernes en El Diario Vasco aprovechando que esa noche actuaba en Ermua.
Un piano, una voz, una guitarra, unas congas, un poeta, unas vídeo proyecciones, una escenografía sobria, una melodía y una idea, dan forma al espectáculo más intimista de Pau Donés o lo que es lo mismo, Jarabedepalo. Un recorrido por las canciones más populares del grupo surgidas en casi dos décadas que, por primera vez, se pueden escuchar y ver en este inusual formato. En escena Jaime Burgos (piano), Donés (guitarra, voz) y un invitado virtual Carlos Tarque (M-Clan), que muestra su faceta artística menos conocida, la de poeta.  
Conversamos con Donés sobre este nuevo montaje “Se trata de una revisión de las canciones de amor de Jarabedepalo, quizás las más populares”. Sobre la elección de este tipo de propuesta comenta “En los dieciocho años de trayectoria hemos escrito muchas canciones y por qué no llevarlas al terreno donde mejor se manejan, el de la interpretación ‘más pura’, es decir, instrumento y voz solamente”. ¿Por qué el piano? “Por ser un instrumento muy romántico” –continúa sin pausa– “nos metimos en el local de ensayo con Jaime Burgos durante una semana, nos gustó muchísimo el resultado, le dimos caña y decidimos mostrar los temas con una ambientación especial, una escenografía que envuelve y refuerza el clima intimista que el espectáculo pretende”; ahora se presenta en teatros por todo el Estado y en clubes de jazz y de blues en América y Europa “donde están preparados para albergar este tipo de onda”. Recintos más íntimos, donde sentir muy de cerca la respuesta del público “la primera vez que presentamos algo nuestro de forma tan íntima”.
Espíritu inquieto, inconformista, que gusta controlar todos los detalles de su carrera gestionada directamente desde su propia oficina y su propio sello. ¿Reinventar, reciclar, cambiar? “Es un paso natural. Somos un grupo de música y esa disciplina también conlleva un negocio, combinando unas cosas con otras hemos aprendido mucho. Nos hemos dado cuenta de que hay cosas que no funcionan, que no nos gustan, que se pueden mejorar, adaptar a nuestra manera de hacer”. Se siente alejado del negocio discográfico, de la industria Los Rodríguez, Estopa, Jarabe… casi no sonamos en las radios, Loquillo tampoco. Estamos cada vez más lejos de lo que suena en el negocio, la solución: montártelo a tu manera”.
En otoño editan su tercer disco en su sello Tronco Records, el adelanto “Buenas noticias” se puede descargar ya libre y gratuitamente, algo que llama la atención de alguien que siempre se ha manifestado con contundencia contra la llamada piratería. “Es una opción que tiene una justificación, quería quejarme por todo lo que está pasando y lo hago con una canción, una ‘demo’ que comparto con quien escucha música y se siente como yo”. Un síntoma evidente de los nuevos tiempos, de la nueva realidad de la música, de los creadores, de los seguidores. “Nos ganamos bien la vida, pero sobre todo seguimos disfrutando de nuestra profesión en momentos en los que ese disfrute es cada día menor. Existe un desánimo general y nosotros seguimos disfrutando mucho con lo nuestro, porque podemos hacerlo a nuestra manera”.
Sobre la situación actual de la música y la cultura “mejor no pensarlo. En esa búsqueda de seguir haciendo lo que me gusta, de disfrutarlo, de ganarme el respeto, lo que ocurre aquí me interesa poco” –para añadir– “que el Gobierno considere que la cultura debe llevar un IVA tan desproporcionado, que no considere la música como cultura. Que no tengamos una carrera de música en la universidad, que en la radio no se ponga música que emocione, claro que me preocupa, pero al final lo que me interesa es estar contento con lo que hago y que la gente me respete como artista”.
Su voz recia, pujante y poderosa durante toda la conversación se encoje, se aflige, se entristece “es fuerte que la música en España no se considere cultura, que los músicos no seamos patrimonio cultural cuando fuera se nos conoce por eso, no sólo los músicos, los cineastas… Somos conocidos porque hay un Alejandro Sanz, un Joaquín Sabina, un Pablo Picasso, un Plácido Domingo, un Pedro Almodóvar… Seguimos viviendo en la España de la pandereta. Durante un tiempo me frustró, un tiempo corto, pero enseguida cambie el chip”. Palabras que marcan cierto distanciamiento que no parece real “me gano la vida básicamente fuera, pago los impuestos en España, y me jode que los políticos mal gestionen nuestro dinero, que nos engañen, que nos roben, nos crujan a impuestos y después ellos cobren en dinero negro. Hay que cambiar ya”.
Mientras esto se produce, o no, sigamos escuchando y disfrutando con la música, con los músicos que no se resignan, que se niegan a mantener los estereotipos, que se inventan y reinventan cada día conocedores de que la música posiblemente no cambie el mundo, pero ayuda a llevar de mejor manera la apatía.

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