Al mes de la Ruta Devota/Temple Expless ¿nos estamos equivocando?
Hace
unos días en el encuentro de clasificación para el Mundial de Futbol de Brasil
entre España y Francia una parte del público, presente en el Estadio Vicente
Calderón, abucheó la interpretación de La Marsella.
Soy
poco partidario de himnos, banderas o símbolos que sirven para promover el
enfrentamiento fácil, pero es evidente que el himno francés, una cuentas veces
prohibido y restaurado, La Internacional o La Varsoviana son músicas que forman
parte de la historia, momentos claves que se deberían valorar si tuviéramos más
conocimiento sobre las diferentes realidades, que son muchas y disímiles.
Ocurre
como con todo. No nos interesa conocer más allá de lo más próximo, aquello que
creemos que es cierto y correcto. No tenemos ningún interés por descubrir lo
que no nos es tan ajeno como a veces queremos pensar. Miramos por encima con
cierto desdén, viajando como turistas para sorprendernos con lo obvio, descubriendo
lo evidente, consumiendo fácilmente aquello que interesa malgastar. Lo comprobamos
en cada viaje, aventuras en lugares con múltiples comodidades y variadas posibilidades
para desplazarse.
Esto
viene a cuento al ver las fotos de la Ruta Devota/Temple Expless celebrada en
el barrio hace justamente un mes durante el festival Fluxus To The People, cuyo
origen se produjo hace más de cincuenta años con el objetivo de primar la
imaginación de lo colectivo.
Aquel
domingo 23 de septiembre fueron diez horas
de excursión para reredescubrir la diversidad cultural presente, en este caso a
través de los diferentes cultos y credos. Desde la iglesia católica al proyecto
ateo del bufón Leo Bassi. Mezquitas, rumanos, gitanos, chinos, evangélicos, pentecostales…
todo ello en un círculo próximo, cercano, una distancia en el tiempo entre los
diferentes cultos de no más de diez minutos.
Si
algo tan próximo no tenemos la capacidad de conocerlo ¿cómo vamos a ser capaces
de comprender mínimamente lo que ocurre en el mundo? Si queremos cambiarlo
quizás nos estemos equivocando al ignorar que solo es posible hacerlo con la máxima
participación, sobre todo de los que no piensan igual. Percepciones erróneas al
solo querer ver las nuestras, incapaces de comprender que solo son una más en
un océano repleto de ellas.
Necesitamos
más perspectivas, nos estamos repitiendo hasta el hastío, este no es el camino.
Si se quiere dar una respuesta global hay que conocer/comprender globalmente.
Estamos sumidos en pensamientos e ideologías que han significado la bancarrota
intelectual, filosófica, política y social. Dejar a un lado dogmas para superar
lo negativo, solo será posible abandonando cualquier tipo de supremacía
cultural, acabando con los monopolios de pensamiento, con las barbaries del
poder, solo viables con el conocimiento y el acercamiento a lo que nos es más próximo,
promoviendo la diferencia y una inundación de ideas.
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