El triunfo del Atlético de Madrid quita protagonismo y patrocinio al 15M






Muchos miles de personas salimos anoche en Madrid a festejar el triunfo del Atlético de Madrid en la Europa League. Pocas alegrías para rojiblancos y amigos en estos tiempos. El Estudiantes descendía por primera vez de categoría el domingo pasado, en la liga de baloncesto y solo hablamos de deporte, de nada más.
Todo bien hasta llegar a Neptuno. Calles abarrotadas, gente de todas las edades cantando, coches pitando… ningún comportamiento violento en un centro de Madrid totalmente rojiblanco.
Neptuno: Plaza cortada, accesos minúsculos por los laterales, la policia con material antidisturbio desde la llegada de los primeros asistentes. Multitud subiendo por el Paseo del Prado abierto al tráfico, sin que la policia municpal cierre el paso, el peligro que puedan sufrir los aficionados da igual.

En un momento dado cierran las entradas por Carrera San Jerónimo y Paseo del Prado. La policía empujando desde la primera, la única salida bloqueada con vallas metálicas. La gente se desespera, grita, se asfixia ante el cuello de botella creado por los profesionales de la seguridad.

Pudo pasar algo grave, sin ninguna responsabilidad por los asistentes que solo cantaban y festejaban su triunfo. Algunos sufrieron ataques de pánico ante la indiferencia de las fuerzas de seguridad impasibles a lo que pasaba. Mayores, niños, inválidos… daba igual.  Pena de país cuando la seguridad profesional ignora a quien lo pasa mal.
Me comenta una amiga, vía correo electrónico, que era la primera vez que iba a una celebración así, no es nada futbolera. La animaron sus compañeros de trabajo. Le sorprendió que cualquier concentración del tipo que sea, siempre esté patrocinada por los mismos. Los que deben  proteger a la ciudadanía parecen felices y disfrutan cuando actúan contra ella. Ayer otro ejemplo más a las once y media de la noche, en el centro de la ciudad, no a ninguna hora de madrugada cuando el alcohol ya ha hecho estragos para amparar actos que nada tienen que ver con el objeto de las convocatorias y que siempre se duda de quien los inicia. En la Plaza de Catalunya de Barcelona saben mucho de ello.
Es de suponer que los seguidores atléticos también son estudiantes, trabajadores, parados, antisistema, perroflautas… Los aficionados de un equipo de futbol reflejan la realidad social. No es extraño que nuestros dirigentes busquen allí también enemigos interiores. Para ellos son tan peligrosos  los que luchan por un mundo mejor como los que intentan pasar un momento agradable con sus colegas deportivos. El objetivo no permitir disfrutar con nada que pueda contagiarse y propagarse en la España negra en la que nos quieren embarcar.

Al comentario de mi amiga añadir, como casi siempre la mayoría de los servidores del orden iban sin identificar. La ley no es igual para todos. Ni para los que toman las plazas, ni para los que festejan un triunfo deportivo, ni para los que dicen protegernos, ni para que se gastan el dinero de todos en viajes privados, ni para los periodistas que pillan algunos con las manos en las bolsas.
Pensándolo bien, debe ser una estrategia bien pensada  para que todos tengamos claro, que vivimos en un estado que persigue cualquier manifestación positiva del signo que sea. Disfrutar, compartir, pasarlo bien, vivir, no está permitido en el nuevo orden a instaurar.

Cualquiera que realice una acción compartida, si son más de veinte hay que pedir el permiso correspondiente, puede ser identificado, multado, esposado, trasladado, alojado durante setenta y dos horas, juzgado, condenado, encarcelado....

Los responsables publicos decidiran donde, como, cuando y con quien te debes reunir. Los mismos que aprovechan que la inmesa mayoría está viendo la final europea de futbol para anunciar la nacionalización de un banco de los amigos del gobierno. Nacionalizar... las pérdidas, no nos vayamos a confundir.

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