Conversando con Álvaro Urquijo @los_secretos “La mejor versión es crear una canción a partir de otra”
Entrevista hoy con Álvaro Urquijo, en el Diario Vasco con motivo del concierto de Los Secretos mañana en Donosti.
A continuación la entrevista completa.
Forman parte de la historia de
nuestra música popular, uno de los grupos más longevos del panorama artístico y
el único que continúa con la misma denominación de los que participaron en el “Homenaje a Canito”, batería del grupo,
fallecido en accidente de tráfico la Nochevieja de 1980. Aquel concierto de la
Escuela de Caminos madrileña se consideró como el germen de la movida
madrileña. Tres años antes, unos jovencísimos hermanos Urquijo –Javier, Enrique
y Álvaro– daban a luz a un proyecto personal que poco tenía que ver con la
música que se consumía en aquellos momentos postpunk, tecno, nueva ola. Un
sonido pegado al neofolk y la música de autor, propio y reconocible desde
entonces.
Casi cuatro décadas de giras,
claros, oscuros, como la muerte de Enrique el mismo día del lanzamiento de Grandes Éxitos Vol. 2 y una discografía
sin éxitos efímeros, ni muy masivos, formada por canciones muy trabajadas que
dan vida a la banda sonora de varias generaciones, sin necesidad de claudicar
ante modas o el éxito fácil.
Ahora presentan su decimocuarto
disco de estudio, Algo Prestado, tomando
canciones prestadas de Jackson Browne, Nick Lowe, Peter Gabriel, Ron Sexsmith,
Graham Parker, Fountains Of Wayne o Foreigner. A la venta desde el pasado
martes, la primera presentación será hoy en Bilbao en el Kafe Antzokia, con
Casa Rusa como invitados, mañana en Pamplona y el 20 de junio en Donosti en la Sala
Gazteszena, combinando temas nuevos junto a los más conocidos de su
trayectoria.
Conversamos de todo ello con
Álvaro.
P. Háblanos de Los Secretos.
R. Es un grupo que se dedica desde
hace años a hacer canciones con una identidad sonora muy peculiar, que han
calado en mucha gente.
P. ¿Qué queda de la idea
original?
R. Bastante. Las intenciones, la
honestidad con el trabajo, no quiero decir que seamos unos santos, sino saber
que tienes que superarte, hacerlo cada vez mejor, tener una identidad musical
propia y mantenerla durante todos estos años. Nos criticaban por sonar siempre
igual. Cuando cada dos años triunfa un estilo musical diferente, nosotros ya
teníamos nuestra propia identidad musical y personal, que todavía mantenemos. Ha
variado que tenemos experiencia y desarrollamos lo que queremos, emulando a
nuestros ídolos.
P. ¿Ídolos?
R. Prácticamente todos los que
nos gustaban entonces siguen tocando: Leonard Cohen, Bob Dylan, Jackson Browne,
Eagles… si empiezas a sumar, todos siguen.
P. A principios de los ochenta os
denominaban como blanditos, malditos, pero sois los únicos que seguís de
aquella hornada.
R. Es algo paradójico. No éramos
un movimiento musical, más bien una pandilla de amigos, pero nunca nos
consideramos parte de nada de lo que se hacía. No estábamos alienados en la
famosa “nueva ola”. Teníamos otro tipo de estética, de sonido, buscar nuestras
raíces y un estilo propio. No salimos ni en La Edad de Oro, ni en La Bola de Cristal.
Tendencias en las que no casábamos.
Cuando acabamos nuestro tercer
disco teníamos que renovar contrato, la compañía de discos no quiso. Decían que
olíamos a vacas, que estábamos tirados, que cómo hacíamos este tipo de música
cuando la que se estilaba era otra. Enrique les dijo que le gustaba hacer
canciones y daba igual si eran buenas o no. Nos echaron. Si hubiéramos seguido
las corrientes musicales de aquellos años, habríamos pasado de la nada a la
nada, pero nos gusta la música. Mientras la movida se hacía en bares, nosotros
ya estábamos pateando el culo en festivales, viajando en furgoneta, haciendo
conciertos con Mocedades, Leño, Barón Rojo…
P. Algo Prestado es un disco de versiones ¿Cómo surge la idea?
R. Empezamos a pensar en hacer un disco nuevo.
Estaba muy mosqueado con el mundo, varias crisis que coinciden. ¿Qué ha quedado
del poder adquisitivo del músico? ¿Qué pasa con la cultura? Estaba rebotado con
todo. Trabajar el triple, actuaciones canceladas, salas que cierran, caída del
mundo cultural. Las canciones que me salían estaban más cercanas a la canción
protesta y en paralelo surgió el tema de un disco de versiones. Algo que no es
nuevo. Hace años teníamos un grupo paralelo de versiones, San José, y siempre
hemos incluido versiones en nuestro repertorio, desde el primer disco. La
intención era hacer un disco doble, uno original y otro de versiones. Nos
metimos de lleno en este último, pero es muy complejo. Las canciones hay que
traducirlas, adaptarlas, volverlas a vestir y además añadir los problemas derivados
por la cesión de los temas. Una versión de The Beatles totalmente acabada no
nos han permitido sacarla, cortapisas burocráticas del mundo editorial. Con
algún tema hemos estado esperando dos años la contestación.
A veces no es que guste o no, es
que molesta que no sean en inglés. Ven que el título no se parece, es preciso
hacer muchos retoques para que suene bien, no entienden que no pueden coincidir
mágicamente. La propia tesitura de la canción, las voces, el propio significado
de la letra, algunas al traducirlas se nos ha caído el alma al suelo. Hemos
tenido que buscar canciones que fueran adaptables. Tras una primera selección
de canciones que significaran algo para Los Secretos, tuvimos que elegir entre
las que nos dejaban hacer y las que se dejaban hacer y además conseguir un buen
resultado. La mejor versión es crear una canción nueva a partir de otra.
P. ¿Una copia puede ser mejor que
el original?
R. No, ni mejor, ni peor, puede
ser distinta, corregida… Aunque quizás sí. El ejemplo lo tienes con Dylan,
maestro de maestros. Sabemos cómo canta, cómo toca la guitarra a porrazos y sin
embargo le han hecho versiones de caerse de espaldas. No una, ni, dos, ni tres,
ni cuatro, ni ocho… muchas. Hace poco sacaron el disco por su 50 aniversario en
la música, con la participación de los mejores artistas del mundo con versiones
que te mueres. En muchos casos la versión es mejor que el original.
P. ¿Cómo es el directo de esta gira?
R. Cuando haces una gira de
presentación se alargan los shows. Es muy aburrido, yo lo he vivido como
público, basarla en canciones del último disco. La gente no va a vernos a
nosotros, va a escuchar nuestras canciones. Hacemos una mezcla compensada y
equilibrada. Tenemos trece temas de nueva grabación, pero no vamos a tocar los
trece. Están montados, ensayados, pero iremos seleccionando en cada concierto.
Tocaremos las canciones de siempre y seis o siete nuevos. La imagen de nosotros
que tiene la gente es lo que somos, es lo que hacemos.
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