Los productores fonográficos ven el mercado musical español como ‘un pozo que se seca’
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Interesantes, intensas y más pesimistas que esperanzadas, las dos jornadas sobre ‘La propiedad intelectual en internet y las políticas europeas y españolas en relación a las descargas ilegales’, que se desarrollaron en Barcelona días pasados.
Muestra concluyente del desaliento que embarga al sector fue el colofón de Félix Buget, presidente de la discográfica Blanco y Negro y de la Apecat, asociación promotora de las jornadas, señalando que estamos ante “un pozo que se seca” en referencia al mercado fonográfico español y tomando como base las ponencias de esa misma mañana.
Las afirmaciones de este empresario discográfico fueron reflejo de las de sus colegas presentes en la sala, que participaron en los debates junto a editores, músicos, compositores y gestores culturales, pero contrastaron con las de Olivia Regnier y Shira Perlmutter, representantes de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), que analizaron la situación europea y estadounidense, respectivamente, y , secretario general de Hadopi (Haute autorité pour la difusión des oeuvres et la protection des droits sur internet), de Francia, los cuales, pese a admitir la delicada situación de la industria, creen que las medidas que se están tomando internacionalmente mejoran la situación. Según la IFPI, los peores escenarios europeos son los de Italia, España y Grecia, países que fueron tolerantes con la piratería física primero y con las descargas ilegales después.
Más rotundo se mostró el presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, ya en la primera jornada, inculpando de pasividad a los sucesivos gobiernos españoles y mostrando una argumentada desconfianza ante la Ley de Economía Sostenible (LES).
Todo lo contrario, empero, que Andrés Dionis, managing director de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, que expuso la visión optimista que tiene este organismo respecto a la implantación de la LES, ley que a su juicio cambiará las cosas.
Dionis dijo, asimismo, que los proveedores de internet quieren ahora vender contenidos, por ello se verán a obligados a colaborar en el control de las descargas, a la vez que lanzó claras acusaciones a la ponente Maite Arcos, directora general de Redtel (Asociación Española de Operadores de Telecomunicaciones).
Arcos señaló que los operadores “no van a perseguir a sus clientes” y que han hecho siempre lo que marca la ley. La polémica fue intensa, pues Dionis insistió en puntos como la falta de voluntad para colaborar de las operadoras para controlar las descargas, hasta el punto de no tener reparo en insertar publicidad en páginas que promueven la piratería.
El subdirector general de Propiedad Intelectual del Ministerio de Cultura, Carlos Guervós, reiteró la proximidad de la implantación de la LES, una vez la apruebe el Congreso de los Diputados, y se extendió con datos sobre la cultura y su industria en España (4% del PIB).
El profesor de Derecho Mercantil de la UOC, Miquel Peguera, expresó sus reservas ante la LES y acerca de la Comisión que velará por la Propiedad Intelectual, e intentó mantener una posición equidistante ante las posiciones encontradas de la mesa.
Mucho más duros fueron, no obstante, los asistentes a las jornadas que no estaban en la mesa al llegar el momento del debate. Los palos se los llevó, mayoritariamente, la directora de Redtel, aunque tampoco hubo aplausos para los poderes públicos.
Fueron particularmente severos con las operadoras la editora Teresa Alfonso, que habló en representación de los editores de música españoles de la AEDEM, y el distribuidor digital José Manuel González, de Meta Network.
Un músico aludió a la falta de consideración que sufre su profesión y recordó, como ejemplo, el maltrato a que les ha sometido desde hace años, el Ayuntamiento de Barcelona, cerrando locales de música en directo a la mínima queja de un lejano vecino. El periodista Xavier Pintanel, director de cancioneros.com, se refirió, en una reflexión seguida atentamente por los presentes, a lo costoso que resulta legal en España, donde no podría existir un MySpace, dadas las trabas para implantar un servicio y sus costes administrativos. Sin mencionarlas, se refería a la industria y a las entidades de gestión, que no permiten a un portal como el que dirige colgar videoclips, sino en condiciones inasumibles.
Fue interesante la aportación de Antoni Lladó, director del Institut Català de les Indústries Culturals (ICIC), que concordó con los profesionales asistentes en que el sector padece de un desequilibrio, como un vino malo o un taburete de tres patas disímiles, y que eso dificulta su viabilidad económica.
Las conclusiones, en general, fueron pesimistas, aunque algunos quedaron a la espera de que la inminente aprobación de la LES empiece a cambiar las cosas. Mientras tanto, resistir es lo único que queda.
Las Jornadas fueron organizadas por la Asociación de Productores y Editores Fonográficos y Videográficos de Cataluña (Apecat) en colaboración con el Servei de desenvolupament empresarial del ICIC.
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