Ante la recesión económica: + cultura + red + sociedad civil (V)
El gran handicap va a ser el poder adaptarse a los recortes presupuestarios que se están produciendo en las administraciones públicas y que inciden, evidentemente, en el campo cultural. Posiblemente haya que pensar en otras dinámicas que no sean la subvención o la contratación directa, que tengan más que ver con la consecución de créditos blandos, capital riesgo, financiación especial, teniendo presente las características del sector. Es indispensable la adecuación de las grandes, medianas y pequeñas infraestructuras culturales públicas para que puedan ser utilizadas por todos, y no solamente por aquellos que decidan los gestores culturales institucionales, creando una red real y accesible. La combinación e interrelación entre lo público y lo privado debe ser lo habitual, como el apoyo a la internacionalización de la labor cultural. La apuesta por la diversidad cultural que refleje nuestra nueva realidad sociológica y una normativa moderna, actual y eficaz que primen el patrocinio y el mecenazgo, pueden ser medidas que ayuden a suavizar los efectos de la crisis.
Pueden ser algunas de las medidas que auxilien, pero lo que realmente prevalecerá es la capacidad de emprender, desarrollar propuestas, ideas, tener capacidad de resistencia, crear productos atractivos, dignos, respetuoso con el público al que te diriges. Primará la capacidad de innovar, de conectar con intereses próximos, que pueden ser no mayoritarios, pero que una parte de la sociedad reclama. Estamos en lo más profundo de la crisis y los teatros se siguen llenando. Tres meses antes de que abra sus puertas, el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) tiene vendidos 30.000 abonos. El Primavera Sound Festival lleva más entradas vendidas que el año pasado por estas fechas. Sólo las aventuras empresariales que buscaban la competencia salvaje o el no saber adaptarse a los tiempos han producido damnificados. Los patrocinadores siguen presentes. Quizás no se pueda abarcar tanto como en tiempos de bonanza económica pero, como en el resto de los sectores, hay que adaptarse a la realidad cambiante, sin olvidar que los poderes públicos deben ayudar a que no sean siempre los mismos los perjudicados por la situación, tomando medidas para que la crisis no impida a los más desfavorecidos el acceso a la cultura.
Pueden ser algunas de las medidas que auxilien, pero lo que realmente prevalecerá es la capacidad de emprender, desarrollar propuestas, ideas, tener capacidad de resistencia, crear productos atractivos, dignos, respetuoso con el público al que te diriges. Primará la capacidad de innovar, de conectar con intereses próximos, que pueden ser no mayoritarios, pero que una parte de la sociedad reclama. Estamos en lo más profundo de la crisis y los teatros se siguen llenando. Tres meses antes de que abra sus puertas, el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) tiene vendidos 30.000 abonos. El Primavera Sound Festival lleva más entradas vendidas que el año pasado por estas fechas. Sólo las aventuras empresariales que buscaban la competencia salvaje o el no saber adaptarse a los tiempos han producido damnificados. Los patrocinadores siguen presentes. Quizás no se pueda abarcar tanto como en tiempos de bonanza económica pero, como en el resto de los sectores, hay que adaptarse a la realidad cambiante, sin olvidar que los poderes públicos deben ayudar a que no sean siempre los mismos los perjudicados por la situación, tomando medidas para que la crisis no impida a los más desfavorecidos el acceso a la cultura.
Comentarios