Nada que celebrar




NADA QUE CELEBRAR

Hace un par de días se colocó por parte del Ayuntamiento, con el posicionamiento en contra de la Comunidad, en la Puerta de Sol una placa de reconocimiento al 15M. 

Sabíamos que se había aprobado su instalación y que se iba demorando en el tiempo, como pasa con otras resoluciones simbólicas aprobadas que al final nunca se llevan acabo.

No tenía la mayor intención de asistir, por diferentes motivos. El primero por la instrumentalización, banalización y apropiación que se ha hecho del movimiento. Segundo por qué personas y colectivos que estuvieron allí ahora son condenados, despreciados, ninguneados e ignorados. Por último, por qué algunos de sus participantes se sentarán en un juicio enfrentándose con peticiones de cárcel de 74 años, en conjunto para todos ellos.

Además tenía una reunión a las 18 y, por experiencia de otras anteriores, sabía que se dilataría siendo una buena justificación para no acudir. Al final esta acabó antes de los previsto y como una parte de los asistentes querían ir a Sol, me apunté.

En los primeros días de aquel mayo de 2011 solo acudía a las asambleas diarias, vivía en la próxima Latina y a convocatorias y citas puntuales. Cuando la misma se descentraliza por barrios, participé activamente en la Asamblea de Austrias en el distrito Centro, en este distrito estaban también las asambleas de Lavapiés, Letras, Chueca y Malasaña, así como en acciones culturales: comete la cultura, comete el periodismo, plazas de la cultura… y otras más generales.

Cuando acudí a Sol no encontré a nadie los que habían sido activos en aquellos días, si estaban personas que habían usado términos despectivos hacía los participantes. Mis antiguas compañeras no acudieron si otras que se posicionaron en contra, apostado por machacar y reprimir las concentraciones. Solo es preciso recordar quienes eras los responsables de Interior.

En un momento dado La Sexta me pide la opinión sobre el reconocimiento institucional. Me parece bien el reconocimiento pero poco hay que celebrar ante lo ocurrido posteriormente y cuando algunas compañeras tienen juicios con peticiones de cárcel, es lo que respondo sin saber si se llegó a emitir.

A los quince minutos de estar allí, nos fuimos a tomar unas cañas. Se reconocía el 15M, pero allí el quincemayismo ni estaba, ni se le esperaba. Algo que debería ser alegría se convirtió en tristeza, sin fuerza para convertirse en rabia.

Nada que celebrar

Comentarios

Entradas populares