Pase lo que pase este 24M; ya hemos ganado
Ayer acudimos a la Filmoteca a
ver Doble Cuerpo de Brian De Palma.
Era la cuarta o quinta vez que la veía. Me sigue pareciendo, con el paso del
tiempo, una pequeña joya no del todo pulida. Un guiño a diferentes géneros
cinematográficos, un homenaje directo al mejor Hitchcock. Craig Wasson y Melanie Griffith bordan sus papeles y uno puede resistir la tentación de bailar
escuchando a Frankie Goes to Hollywood.
Verla pasado el tiempo en pantalla
grande y buen sonido ayuda a disfrutar durante sus casi dos horas de duración.
Antes de dormir continuo leyendo La novia oscura la extraordinaria novela
de Laura Restrepo nunca suficientemente valorada y reconocida entre nosotros.
Hora
antes no puedo dejar de recordar el concierto de presentación de Omega de Lagartija Nick y Enrique Morente en La Rivera madrileña. Han pasado dieciocho años, una fecha imposible
de olvidar.
Grandes momentos de un pasado que
ha dejado huellas, en plural, y que forman parte de nuestras pequeñas historias
en el presente, las que nos han hecho y hacen vivir. Imposibles de dejar a un
lado.
Como bien canta León Gieco:
Todo está guardado en
la memoria,
sueño de la vida y de
la historia.
Hoy tenemos que votar para las
elecciones más próximas; locales y autonómicas. Por primera vez se siente la
posibilidad de cambiar mediante el voto en las urnas. Se observan calles y
plazas muy activas y politizadas, como casi nunca. Nuestro particular disco
duro está en ebullición.
Pase lo que pase, hemos ganado.
Se han visibilizado otras formas
de intervención. Las ideas colaborativas toman fuerza, la interactividad
produce resultados insospechados, fuerzas invisibles imposibles de parar. Se ha
redefinido el papel del votante, de las personas que solo se posicionan una vez
cada cuatro años, también el de los que son más activos.
Las multitudes singulares son
reales y ya no se trata solo de disentir o resistir también de intervenir. Transformación
cultural en marcha y con ella otro posible modelo de sociedad.
El resultado electora importa, y
mucho, pero lo realmente significativo es el movimiento, el camino. Que no se
detenga y que lo institucional no sea el eje central de las intervenciones. Tener
claro que los procesos, y no los resultados, es lo importante.
Si es así habremos ganado con
independencia del resultado electoral.
En un rato bajaré a votar.
Lo
haré, Ahora, para estar acorde con el tiempo que me corresponde que quizás no
es el mío, pero es en el que confluyen memorias y procesos.
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