2013, el año de ellas
Texto publicado el pasado viernes
en El Diario Vasco
Múltiples y diversas propuestas,
dan vida a una escena musical femenina absolutamente innovadora.
Todo parece indicar que en este año
que acaba de echar andar el protagonismo musical femenino va ser mucho más
amplio y sobre todo mucho más diverso que en los anteriores. Poco a poco van
viendo la luz nombres –algunos con una amplia trayectoria– y proyectos, que
suponen un importante revulsivo para el panorama musical. Nuevas maneras de
producción, difusión y distribución junto a la elaboración de proyectos
compartidos, animan la escena, permitiendo una mayor descentralización y
democratización. El trabajo en red y en la Red
los están haciendo visibles sin olvidar un cada vez más extendido feminismo
musical, que da paso a un mayor número de iniciativas autogestionadas, que
contribuyen a divulgar esta diversidad relegada hasta hace muy poco a espacios
minoritarios, casi siempre de carácter local.
Muchas propuestas, algunas de ellas
verdaderamente sugerentes, han surgido recientemente. Natural de Granada y viajera en Los Ángeles, Le Parody recaló en Madrid donde es una referencia imprescindible
en constante ascenso. Folk, electrónica y autogestión, una combinación nada
habitual y por eso mismo resbaladiza ante la posibilidad de conseguir resultados
contrarios a los previstos. En su primera demo
Párala Vértigo, nos aventuró en su singular
utopía. Una gran difusión en la Red
y su constante presencia en pequeños escenarios, la dieron a conocer a las mentes
musicales más inquietas. A finales de 2012 autoeditó su primer álbum digital, Cásala, que poco tiene que ver con una
serie televisiva y mucho más con una película melodramática y espacial. Once
temas, frases entrecortadas, ausencia de estribillos, pedales, samplers, beats, la simplicidad del
ukelele y las aportaciones del cubano Frank Santiuste a la trompeta, han hecho que sea
una de las producciones más innovadora del año que acaba de terminar. El disco,
editado bajo una licencia Creative Commons,
se puede descargar con precio libre en http://leparody.bandcamp.com.
San Antolín de Ibias es una pequeña parroquia asturiana con menos de un millar de
habitantes. De allí procede Lorena Álvarez y su Banda Municipal. Parte de la
música de raíz para transmitir todo tipo de emociones con auténtica maestría, atrapando
al público con letras osadas, directas y desenfadadas, instrumentos
tradicionales y una indefinición perfectamente calculada. Triunfadora en el Monkey
Week, su directo muestra la validez de esa música sencilla capaz de romper tabúes
y complejos, mostrando que no hay que residir en una gran urbe ni estar
respaldada por la gran industria, para tener un nombre entre los privilegiados
que consiguen no dejar indiferente a nadie –en el sentido más amplio– tanto en
las grabaciones como en los directos.
También asturiana es Cristina Gestido.
Muy pocos conocen que esta ovetense formó parte de la Royal Philharmonic Orchestra de Londres con la que grabó en Abbey Road el álbum Symphonicities de Sting, al que acompañó en su gira de
presentación mundial en 2010. Ha sido integrante de las bandas de Rusell Watson,
Dominic Miller
y David Bisbal,
colaborando también con algunas de las orquestas sinfónicas más importantes de España y del Reino Unido. Con tal bagaje musical no es de extrañar que su
apuesta beba de lo clásico, del pop y del rock; sabias combinaciones poco
desarrolladas entre nosotros y siempre plausibles. El año pasado se puso bajo
la batuta de Juan
de Dios Martín, productor de Amaral o
Xoel López
entre otros, para dar a luz su primer EP “Me
escaparé”, paso previo al CD Empezar
de nuevo.
La Rioja, Venezuela, Chile y Canarias son los puntos de encuentro de
Violeta Vil,
desde donde emergen las figuras de Mónica Di Francesco (voz y teclados) y Yanara Espinoza (guitarra). A finales de año
editaron el mini álbum Lápidas y
cocoteros, que incluye ocho temas frescos, sorprendentes y cautivadores,
con versión tecno incluida de “La
pericona” de Violeta Parra. Una invitación a
soñar con el mejor pop, el tropicalismo y un cierto misticismo entre lo gótico
y el vudú.
Tras coffee&wine, todo junto y con minúsculas, se
esconde el último proyecto de la fundadora de Manderley Ana Franco, acompañada por
Andrés Cabanes.
Neofolk, canciones íntimas, exquisitas, sencillas y sutiles, en una apuesta
musical que se refleja en From The Ground,
su primer disco. Según sus propias
palabras, esta militante activa de la cultura libre lo define como: “Un viaje
desde las azoteas y el cielo de Madrid
hasta la profundidad de la tierra”.
La lista es interminable e incompleta. Infinidad de rincones y
géneros. Experiencias analógicas, digitales y virales. Innovación, clasicismo,
diversión o aventura… Pero sobre todo ilusión y renovación. Algunas han
conseguido abrirse un pequeño hueco. Nombres ya reconocidos como los de Marina Gallardo,
Lidia Damunt
o Lidia Miranda;
otros como los de Sheila Blanco, Hilda Hund, Arponera o Las
Tímidas son ya habituales fuera de sus circuitos y ámbitos cotidianos.
Como también los de las que exploran géneros menos tradicionales: la
electrónica de Narcoléptica, el punk de las manchegas Gonagon o poniéndose a los platos como Thug Ladies dj’s.
Para concluir, varios nombres que no debemos olvidar: el de la
chilena Soledad Vélez, residente en Valencia, con un folk peculiar y sensual. La siempre admirada Cristina Lliso
promete volver en primavera a los escenarios presentando su primera grabación
en solitario “Si alguna vez”. Silvia Pérez Cruz
debe continuar con la progresión que la ha convertido en la artista más
interesante del 2012 y otras como Virginia Labuat, disco nuevo disco en primavera,
mostrarán que el pasar por programas como OT
o LaVoz no son nada más que
instrumentos para el desarrollo de propuestas que van mucho más allá de las
frecuencias televisivas como demostró en su momento la cordobesa Vega.
Comentarios