Jueves sin tregua
Este jueves pasado fue un día muy intenso. Viajé a Barcelona para participar en el curso de posgrado sobre Cooperación Cultural Internacional en la Universidad, donde traté los temas sobre comunicar la diversidad y experiencias de cooperación musical en el campo de la música.
Las sesiones fueron un poco duras al ser continuas, pero muy gratificantes para alguien que no se dedica a la docencia habitualmente. Las clases, el viaje, un encuentro la tarde anterior para crear una bitácora sobre blogs culturales iberoamericanos y una comida de trabajo, me llevaron a coger el AVE de vuelta con auténticas ganas de descanso, algo que casi nunca pretendo pero que ayer, de alguna manera, necesitaba.
La tranquilidad duró poco. El amigo Lluis Bonet difundió en su twitter la idea de que sería bueno exigir una casilla en la declaración de la renta para que el 0,7% se dedicara a la cultura, convirtiendo el regreso en un debate muy atractivo, necesario y aglutinador, algo que se echa en falta en nuestra profesión.
Ya en destino la noche continúa animada con el cierre por parte del FBI del portal de descargas Megaupload. La decisión desencadenó una lluvia de mensajes e informaciones relacionadas. A las tres de la madrugada había un 24% más de tráfico en internet que cualquier otro día a la misma hora.
Que Anonymous decidiera intervenir ante esa acción, originó lo que algunos han denominado “Primera Guerra Digital” a nivel mundial. Quince minutos después de conocerse la noticia el popular grupo de hacktivistas había atacado, y dejado fuera de combate, las páginas de Universal Music, RIAA (el lobby discográfico), MPAA (el cinematográfico), el Departamento de Justicia, el FBI… entre otras.
Acción – Reacción ante una intervención que pone de manifiesto que la llamada ley SOPA no tiene sentido. Las llamadas fuerzas de seguridad no necesitan ningún tipo de normativa para actuar e intentar controlar cualquier actividad que consideren ilegal.
Redactando esta nota recibo un tuit que indica “Lamar Smith, el principal patrocinador de SOPA, dijo el viernes en un comunicado que ha tirado a la basura la ley hasta que haya un acuerdo más amplio de solución” procede de un twittero mexicano. Nada de extrañar dado lo acontecido y que la organización Avaaz lleve ya más de dos millones y medio de firmas contra la censura en internet, entre otras múltiples acciones.
A nadie se le escapa la presión que deben estar ejerciendo las grandes industrias del entretenimiento para sacar este tipo de proyectos adelante; en nuestro país sabemos de ello. No sé qué cara pondrán los que apoyaron la Ley Sinde-Wert al comprobar que su hermana americana no va a tener la misma suerte. No parece fácil que puedan conseguirlo con facilidad. La ciudadanía no parece estar dispuesta a renunciar a ninguna parcela de libertad. Lo acontecido ayer, más el apagón digital del miércoles, pone de manifiesto que la movilización existe y no tiene pinta de detenerse.
Los gobernantes deberían tomar nota, apostar por los ciudadanos y no por las grandes corporaciones, evitando caer en errores anteriores. En diferentes foros se está debatiendo la conveniencia de boicotear a compañías y artistas que apoyen este tipo de leyes y a los partidos que las auspicien. Una recomendación: nadie debería olvidar lo ocurrido en el último año en nuestro país.
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