De regreso en Madrid

Acaba Pirineos Sur y regresamos a Madrid. Ha sido un placer trabajar en un festival de estas características mostrando que la coherencia es un valor que al final siempre da resultados. Sin claudicar a propuestas más obvias y comerciales, el festival ha tenido cerca de un 25% más de espectadores. Sesenta mil personas que se han acercado a un pueblo fronterizo, Sallent de Gállego, que apenas pasa de los mil habitantes.


Era una edición muy especial. La crisis incide a la hora de desplazarse a un punto tan lejano. La propuesta artística en clave ibérica era un hándicap para determinados medios que solo ven interesante lo exótico y lejano, además siempre buscan el ahorro económico que supone prescindir de colaboradores y los más grave solo les interesa reflejas propuestas convencionales o en las que tienen intereses personales. Me agrada colaborar en un festival que nunca ha claudicado en ese sentido. Esperemos que dure.


A pesar de todo, el resultado es incuestionable. Desde la dirección al último trabajador la labor realizada ha sido impecable, con los errores que siempre supone un evento de tales dimensiones.


Antes de partir me llaman del 15M para ver si puedo participar en un debate sobre derechos de autor, Ley Sinde, copyright… la próxima semana en una de las plazas cercanas a la Puerta Sol.


Vuelves a Madrid y te das cuenta que la ciudad está muerta, no evoluciona, se mantienen propuestas y planteamientos de hace una década o dos. Muchas iniciativas periféricas conectan mejor con la nueva realidad.


El calor y el helicóptero policial no dejan dormir, estamos agotados tras veinte días intensísimos de trabajo. La policía ha desalojado de la Puerta del Sol a un reducidísimo número de personas acampadas allí. Supongo que la presión de la Presidenta regional, los medios cercanos a la extrema derecha y la próxima visita del Papa han acelerado la medida. Para que no vuelva a ocurrir toman ellos la plaza. Presiento que la semana va a ser un correcalles continuo.


Cada vez es más evidente que la crisis no es nacional que los depredadores económicos son planetarios. Conversas con personas próximas y es evidente que siempre la pagan los mismos. Hace unos días conectaba con nosotros, en una de las redes sociales del festival, una amiga argentina que estaba de gira por Japón y la preguntábamos cual era la visión de Europa en esos territorios. Respuesta tajante: está muerta.


Lo más preocupante es el pesimismo reinante, todo influye. Supongo que el calor provoca más desgana, espero que el otoño ayude a recuperar ánimos y energías. Los momentos de crisis deben ser estupendos para intentar cambiar lo que no nos gusta o por lo menos para intentarlo.

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