Zapatillas y pistolas

Cultura e información están íntimamente relacionadas. Matrimonio indivisible a partir del  Informe Macbride encargado, por la Unesco, a finales de los setenta a un grupo de expertos encabezados por el Premio Nobel de la Paz Sean Macbride, de ahí su nombre, y al también Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Informe imprescindible que enfatiza sobre la dimensión de la comunicación para la paz, el desarrollo humano, la difusión de la diversidad, mostrándola como una excelente herramienta para que los países en vías de desarrollo disminuyeran su dependencia informativa del exterior. Para MacBride el informe “debería  ser un proceso continuo en el tiempo pero con las mismas metas; justicia, equidad y reciprocidad en la información, menos dependencia de las corrientes de la comunicación, menos difusión de mensajes hacía abajo, más autoconfianza e identidad cultural”
Han pasado más de tres décadas y el proceso parece estancado, incluso abandonado. Hoy tenemos que abogar por la pluralidad mediática en los países en vías de desarrollo y también en aquellos que presumimos de garantizarla. Estamos embarcados en una concentración donde la homogenización pone en peligro la libertad y la pluralidad y con ello valores fundamentales de cualquier sistema mínimamente democrático.
Recientes acontecimientos han puesto en entredicho el papel de algunos medios. Viernes 25 final de la Copa del Rey. Los abucheos al himno nacional, silenciados en la televisión pública, es la noticia más reflejada. El mismo día que se conocen las cuentas falsas de Bankia y se celebra una manifestación autorizada por el centro de Madrid con consignas llenas de odio, amenazantes y racistas. Banderas nazis y de las SS no son motivo para ninguna intervención ni de las fuerzas de seguridad, ni de los responsables gubernamentales. Los medios apenas informan de ello, cuando lo hacen comentan brevemente lo acontecido sin dar importancia al cariz anticonstitucional de la marcha.
Domingo 27 a las 14,45 se oyen tiros en Lavapiés. Dos policías municipales de paisano detienen a un emigrante que vende bolsos en la calle. Amigos  y vecinos recriminan la acción. Uno de los emigrantes armado con una zapatilla forcejea con uno de los agentes. Ante el cariz de los hechos este realiza un par de disparos al aire. Muy cerca están El Rastro y la Plaza Tirso de Molina, abarrotados los días festivos. En la primera versión de El País se comenta que miembros del 15M, reunidos en una plaza cercana, han hostigado la revuelta ciudadana, recogiendo únicamente la versión policial. Falsedad inventada, sin  contrastar, que acredita dudas razonables ante noticias que consideramos reales al ser difundidas por medios supuestamente rigurosos. Minutos después la web del diario ABC divulga un video mostrando que lo publicado en el diario de Prisa es pura invención para criminalizar al 15M. Posteriormente conocemos, en las redes sociales, que el autor de la noticia ha sido galardonado por la propia policía municipal.
La crisis económica está haciendo mucho daño a los medios, estamos posiblemente ante su peor año. Noticias como las anteriores menoscaban la credibilidad y la objetividad suscitando  el alejamiento de una parte de la ciudadanía de sus fuentes de información habituales, buscando en alternativos y ciudadanos una información más rigurosa, veraz y plural, rompiendo con ello una hegemonía tras las que se esconde intereses que poco tienen que con la comunicación y la cultural.

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