Los desastres de la Villa

Artículo de María José S. Mayo aparecido en:
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No todo lo que brilla en las noches estivales de Madrid son luna y estrellas. Los Veranos de la Villa se han convertido en un clásico en la ciudad de Madrid, que se caracterizan por un calendario lleno de grandes nombres de la música, así como espectáculos de danza y de teatro especialmente escogidos. Este año, por culpa de las obras en Conde Duque, el escenario se ha trasladado a Puerta del Ángel, y ha tenido como invitados a nombres del calibre de Lou Reed, John Fogerty, Seal, Jerry Lee Lewis, Youssou N’Dour o James Taylor. Pero tras lo vistoso del programa, se esconden no pocos problemas organizativos que han empañado nuevamente la imagen del festival.

El primer día fue un caos. Se programaba un West Side Story venido de Broadway que iba a estar varios días en el escenario de Puerta del Ángel. Todo eran invitaciones, pero una mala gestión en la taquilla formó una cola inmensa de gente que avanzaba a paso de tortuga, a pesar de que lo único que había que hacer era dar un número y recoger el sobre con las entradas. De esta forma, un espectáculo que estaba programado para las 21.30 h. comenzó finalmente a las 22.30 h. Además, durante el transcurso del montaje, hubo fallos con el subtitulado, que en determinados momentos dejó de verse y en otros dejó de estar sincronizado.

Roberto Benigni, uno de los grandes intérpretes italianos, visitaba esos mismos días España en el escenario de los jardines de Sabattini. Lo hacía con un monólogo inspirado en La Divina Comedia de Dante. Por supuesto, en italiano. Pero lo que no sabían la mayoría de los que compraron la entrada es que no había subtitulado electrónico en español, lo que hizo que muchos reclamaran en taquilla durante y después del espectáculo.

Cuando llegó el turno de los conciertos se echó en falta un elemento esencial para todos aquéllos que van a ver un espectáculo que se financia con dinero público y por el que, sin embargo, se paga una entrada tan cara (de 30 a 60 euros los artistas más internacionales): una pantalla grande para poder disfrutar de todos los detalles del evento. Debido a los altos precios, muchos conciertos estaban medio vacíos, como en el caso de George Benson, Anastacia o Burt Bacharach. Todo ello perjudica la imagen del festival, por lo que quizá hubiese sido más rentable facilitar unas entradas asequibles.

Berta Ojea, responsable de Cultura de la Comunidad de Madrid para el PSOE, cree que cuando se organizan actos como éstos hay que tener clara la “responsabilidad de que están al servicio del ciudadano. Por eso hay cosas que no pueden fallar, como el sonido o las pantallas de vídeo” Todo ello es, en su opinión, una muestra más de la política de grandes acciones bien publicitadas del Alcalde: “No es sólo la responsabilidad de hacer un buen programa, sino que éste sea asequible y que sea fácil llegar hasta el lugar”. Y es que, según su punto de vista, los intereses se centran principalmente “en lo mediático”.

Más caros que si fueran espectáculos privados

Para Izquierda Unida, los espectáculos “son carísimos y, por lo tanto, con pocas diferencias con un espectáculo privado”. Además, “se supone que se iba a potenciar el transporte público, y en estos momentos la línea 6 de metro -que es la que llega hasta Puerta del Ángel- está cerrada”-

Quizá el transporte hasta el escenario de Puerta del Ángel sea la menor de las pegas, pues el Ayuntamiento dispuso una serie de autobuses que salían desde Cibeles cada 15 minutos hasta la misma puerta del recinto. Pero lo que queda finalmente es la sensación de que no se ha mimado lo suficiente un Festival en el que se han podido ver estrellas de la música que, debido a su avanzada edad, quizá sea la última vez que actúen en nuestro país -Burt Bacharach o Jerry Lee Lewis-, y no pocos se han quedado con ganas de llenar un recinto mal habilitado por culpa de unos precios un tanto exagerados.

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