la Identidad de un festival


Tras "Casser le Mur" y "Habibi" la noche del martes 21 deparó la tercera coproducción de Pirineos Sur enmarcada en su política de cooperación cultural al desarrollo que este año supone cerca de un 12% del presupuesto global del Festival, la mitad del mismo aportada por la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

El Festival Banlieue Rythme de Guediawaye de Dakar ha sido el festival senegalés elegido por segundo año consecutivo. Good Roots Vibration es el resultado de la residencia que ha tenido lugar en Dakar en mayo y en Sallent de Gállego en los últimos días. El Dj oscense Javimar encabeza el proyecto en el que también están incluidos el rapero aragonés Sharif Fernández y los senegaleses Eduard Manga (kora), Djamil Thiam (tama), Abdoluye Diagne (bajo) y Woli Diop (voz).

“Tassu” es el tema elegido para abrir el concierto en el escenario urbano de Sallent que contempla una excelente entrada a pesar de la amenaza de lluvia. Cantos y bailes africanos de una gran belleza se entrelazan con nuestras músicas más urbanas de las que Javiermar es un especialista reconocido, como se pueden observar en cada una de las sesiones musicales en las que interviene en la Discoteca Étnica de Lanuza y en otros lugares del Alto Aragón.

A la excelente utilización de los instrumentos tradicionales y a la magnífica manera de interpretar de la cantante senegalesa hay unir ritmos electrónicos y textos ensamblados difíciles de concebir en una escena musical como la nuestra, más dada a aproximaciones convencionales, de fácil asimilación, donde el riesgo es prácticamente inexistente, exigiendo a los que menos posibilidades musicales, y de todo tipo, tienen lo que no somos capaces de reclamarnos a nosotros mismos.

Una apuesta muy complicada en su puesta en marcha y desarrollo solo viable por la implicación en ella de festivales como Pirineos Sur, claramente alejados de los estereotipos marcados por las grandes industrias culturales. Una propuesta felizmente resuelta por la implicación desde el primer tema de un público que supo valorar los esfuerzos individuales y colectivos existentes, conocedores de la dificultad real existente para poder desplegar este tipo de proyectos.

Tras una hora de actuación el concierto finalizó con “Liberté” un tema que hizo cantar y bailar a todos los asistentes. Un canto de esperanza colectivo, como las ilusiones de los músicos implicados que pudieron hacer realidad algunos de sus sueños, solo posibles por la implicación en ellos de festivales con identidad como Pirineos Sur.

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