Crónica de Lucía sobre el Circo de los Horrores

Como he contado en un post anterior, ayer fuimos a ver el Circo de los Horrores.

Lucía cumplió 12 años el día 1 y ha escrito un folio sobre el espectáculo, siendo esta su primera colaboración periodística, que yo sepa.

Y el día seis de enero tras una mañana llena de regalos, fui al circo de los horrores. Nada más entrar me asusté al ver que una momia me daba la bienvenida dándome un buen susto. Mientras esperaba impaciente a que empezara el show, varios personajes terroríficos nos daban sustos de distintas formas. Luego mi mami y yo decidimos ir a por palomitas al puesto de chuches, al volver a entrar me encontré a la misma momia que vi anteriormente, y ésta me asustó aun más persiguiéndome.

Por fin empezó la función, un señor vestido de maestro de ceremonias nos daba la bienvenida con las primeras risas. Luego salió un chico montado a caballo, hacía muchas cosas que yo no sabía como a un caballo se le podía enseñar a hacer eso. A continuación apareció un payaso entre el público cantando. Pero no era un payaso cualquiera de esos que van con la nariz roja, la cara pintada… no, era un payaso diabólico que a cualquiera le asustaría, cuando él terminó su canción otro payaso diabólico apareció riéndose entre el público, éste eligió entre los espectadores a un chico de la primera fila llamado Javier para “matarlo”.

Acto seguido los ayudantes llevaron al escenario una cama en la que estaba una chica simulando a la niña del exorcista que hacía contorsiones. Después salió una señora-vampiro con una serpiente al cuello, que escogió a un señor del público para atarle a una tabla y lanzarle cuchillos.

Más tarde entre el público aparecieron varias personas con sierras mecánicas asustándonos con sus malabares. Una niña adorable había en el escenario vestida de negro y con una carrito para jugar, en el estaba su madre, bueno la cabeza de la madre y con ella estuvo “jugando a la pelota” con el público. Luego unos motoristas aparecieron y en una gran esfera de metal se metieron y a mi por lo menos, con la boca abierta me dejaron. Y hasta ahí tuvo lugar la primera parte.

En el intermedio, que duró quince minutos mi mami y yo estuvimos haciendo cola, otra vez, en la tienda de las chuches mientras mi papi fue al servicio. Luego entramos de nuevo a la carpa y empezó la segunda parte con unas chicas que hacían magia, y en uno de sus trucos apareció un tigre precioso. Luego aparecieron una chica y un chico imitando al fantasma de la ópera haciendo equilibrios en el trapecio y yo asustadísima porque pensaba que se iban a caer.

Después apareció de nuevo el señor que nos dio la bienvenida pero, esta vez vestido normal, imitando que acababa de bajar de un tren, y ahí empezaron las risas continúas con un simple pito hacía gracia a todo el mundo.

Salieron otra vez los payasos y ahora con una guillotina y entre los espectadores cogieron a Javier al cual habían señalado también antes, y allí hicieron como que le cortaban la cabeza. A continuación sacaron una horca y salieron dos chicos que hicieron muchos equilibrios. Otra vez salió el hombre de la bienvenida, que por cierto he investigado y se llama Suso Clown diciendo que no se podía realizar la película, puesto que los actores tenían mucho miedo, entonces decidió sacar a la gente del público, y bueno que fue ¡graciosísimo!

Me lo pasé genial. Cuando terminaron la película salieron todos los actores vestidos con trajes muy bonitos. Y allí se acabó la función.

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