A Casablanca

Salgo de Madrid para Casablanca con la noticia de que Eta ha roto el alto el fuego, circunstancia que ya había ocurrido el 30 de diciembre con el atentado de la T4. La nota en Berria era la confirmación de algo evidente que nos llena de preocupación y tristeza. Una oportunidad única desperdiciada. Pienso que pasará mucho tiempo para que se pueda reanuda el diálogo. Los conflictos se resuelven hablando, si no es así los procesos nunca estarán cerrados del todo. La sinrazón de los que no saben moverse fuera del campo de la violencia, el indecente comportamiento de una oposición que prima la rentabilidad electoral a la paz y la falta de más atrevimiento y decisión en el Gobierno, nos ha llevado a una situación que esperemos no sea muy dolorosa. No nos merecemos ni bombas, ni muertos, ni héroes.

Me encuentro con Goofy en el Metro, va para el Festival de Fez, de músicas sacras. Creo que algunos festivales deberían cambia sus nombres. Miras la programación y ves que actúan Tania Maria, Johny Clegg, Angelique Kidjo, Darga, Mazagan... religiosos serán, pero sus músicas no están tan claro que lo sean. Barbara Hendricks quizás. De todas las maneras la programación es excelente y con criterio. En nuestro país pasa lo mismo con los festivales, llamados, de Jazz. Hay muchos, pero los artitas clasificados en ese género no suelen pasar de un treinta por ciento, en la mayoría de las programaciones. Me parece muy bien, estoy de acuerdo en quitar corsés a todo, pero habría que intentar denominaciones más acordes con lo que se va a escuchar.

De mi ciudad castigada por las bombas de unos y otros, a otra que ha sufrido hace poco varias tragedias por idénticos motivos.

Se nota que el país está cambiando, más de lo que sus propios habitantes piensan, y mucho más de lo que nosotros vemos, queremos o nos interesa ver. Hay cierta inquietud por el triunfo de los islamistas moderados en las elecciones de septiembre, pero están confiados que los cambios son imparables.

Cuando llegamos al Instituto Cervantes Hoba Hoba Spirit ha finalizado la actuación, así que tendremos que verles el día de San Fermín en Leganés. Angela Monleón me acompaña en el viaje y me presenta a Larbi el responsable cultural de Instituto en la ciudad. Es escritor y lleva poco tiempo aunque parece que los cambios se notan, según me indica Angela. Debe saberlo bien. Su fundación, el Instituto de Teatro del Mediterráneo, lleva trabajando trece años en el país. También hace de maestra de ceremonias con Antonio Martínez Luciano, director del Instituto y Aida, la auxiliar administrativa de cultura. Saludo a los Hoba Hoba y nos vamos para La Cigalle donde me encuentro con Badre o Pedro, como todos le llaman y Obis.

Hay cerca de ochenta periodistas internacionales. Están presentes en el encuentro “Periodismo y culturas populares” que organiza la European Cultural Foundation con las gentes de Boulevard Festival y el Cervantes.

Siento una sensación muy extraña al entrar en el Instituto. Es la tercera vez que acudo a una sede institucional española en el exterior. Hace años cuando estábamos con La Sonora Cubana, acudí a la Embajada en La Habana, para visitar al responsable de cultura. Salí escaldado cuando me manifestó que la gran apuesta cultural española era organizar una Cabalgata de Reyes, estamos hablando del año 1999 ó 2000. Creo que aquella gran iniciativa o murió o nunca ha tenido ninguna repercusión, que yo sepa. La brillantez de la idea debió quedar en eso, una idea. Desde aquel encuentro no he tenido mayor interés en ir a ningún sitio oficial español en el exterior. En el 97, en pleno ramadán, fuimos a comer a la Casa de España en Larache. Que aunque no es una institución oficial, algo nos representa. Era un nido de legionarios de los cuarenta, supongo que de la Guardia de Franco, sin cabra eso sí, que casi nos intoxican soplándonos a cada uno unas tres mil pelas, por aquel manjar de dudoso control sanitario.

Con estos antecedentes mi interés por lo español en el exterior pasó a ser nulo. En la primavera del año pasado fuimos a Santiago de Chile, estuvimos como comisarios de la exposición “Música y Compromiso”. Nos encantó la apuesta del Director del Centro Cultural Español en la ciudad, Jesús Oyarburu. Un mes de actividades e iniciativas que contaban con muchísimo respaldo. Nos gustaría hacer más cosas con Chile y otros países latinos, pero cuesta mucho, en todos los sentidos, y las distancias son eternas. Recientemente Jesús nos escribió para decirnos que se trasladaba a México, seguro que lo hace muy bien.

La cita en Casablanca se parece más a la de Chile. No sé si serán cierto estos cambios en todos los lugares, o sólo en algunos, dependiendo como siempre de la voluntad del que está al frente y no fruto de una política coherente, coordinada globalmente.

Por lo menos se ha conseguido que no sea tan reacio con las iniciativas culturales españolas en el exterior.

Escribo esto en la madrugada del 5 al 6 de junio en la habitación 406 del Hotel Rivoli.

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